sábado, 27 de diciembre de 2008

Tachas, de Efrén Hernández

Un regalo para el Warrior, quien debe estar pensando en otras tachas.



Tachas

Eran las 6 y 35 minutos de la tarde.
El maestro dijo: ¿Qué cosa son tachas? pero yo estaba pensando en muchas cosas; además, no sabía la clase.
El salón de estos hechos tiene tres puertas, de madera pintada de rojo, con un vidrio en cada hoja, despulido en la mitad de abajo.
A través de la parte no despulida del vidrio de la puerta de la cabecera del salón, veíanse, desde el lugar en que yo estaba: un pedazo de pared, un pedazo de puerta y unos alambres de la instalación de luz eléctrica. A través de la puerta de en medio, se veía lo mismo, poco más o menos lo mismo, y, finalmente, a través de la tercera puerta, las molduras del remate de una columna y un lugarcito triangular del cielo.
Por este triangulito iban pasando nubes, nubes, lentamente. No vi. pasar en todo el tiempo, sino nubes, y un veloz, ágil, fugitivo pájaro.
Es muy divertido contemplar las nubes, las nubes que pasan, las nubes que cambian de forma, que se van extendiendo, que se van alargando, que se tuercen, que se rompen, sobre el cielo azul, un poco después que terminó la lluvia.
El maestro dijo:
—¿Qué cosa son tachas?
La palabrita extraña se metió en mis oídos como un ratón a su agujero, y se quedó en él agazapada. Después entró un silencio caminando en las puntitas de los pies, un silencio que, como todos los silencios, no hacía ruido.
No sé porqué, pero yo pienso que lo que me hizo volver, aunque a medias, a la realidad, no fueron las palabras, sino el silencio que después se hizo; porque el maestro estaba hablando desde mucho antes, y, sin embargo, yo no había escuchado nada.
¿Tachas? ¿Pero, qué cosa son tachas? Pensé yo. ¿Quién va a saber lo que son tachas? Nadie sabe siquiera qué cosa son cosas, nadie sabe nada, nada.
Yo, por mi parte, como ejemplo, no puedo decir lo que soy, ni siquiera qué cosa estoy haciendo aquí, ni para qué lo estoy haciendo. No sé tampoco si estará bien o mal. Porque en definitiva, ¿quién es aquel que le atinó con su verdadero camino? ¿Quién es aquel que está seguro de no haberse equivocado?
Siempre tendremos esta duda primordial.
En lo ancho de la vida van formando numerosos cruzamientos los senderos. ¿Por cuál dirigiremos nuestros pasos? ¿Entre estos veinte, entre estos treinta, entre estos mil caminos, cuál será aquél, que una vez seguido, no nos deje el temor de haber errado?
Ahora, el cielo, nuevamente se cubría de nubes, e iban haciéndose en cada momento más espesas; de azul, sólo quedaba sin cubrir un pedacito del tamaño de un quinto. Una llovizna lenta descendía, matemáticamente vertical, porque el aire estaba inmóvil, como una estatua.
Cervantes nos presenta en su libro: Trabajos de Persiles y Segismunda, una llanura inmóvil y en ella están los peregrinantes, bajo el cielo gris, y en la cabeza de ellos, hay esta misma pregunta. Y en todo el libro no llega a resolverla.
Este problema no inquieta a los animales, ni a las plantas, ni a las piedras. Ellos lo han resuelto fácilmente, plegándose a la voluntad de la Naturaleza. El agua hace bien, perfectamente, siguiendo la cuesta, sin intentar subir.
De esta misma manera, parece que lo resolvió Cervantes, no en Persiles que era un cuerdo, sino en Don Quijote, que es un loco.
Don Quijote soltaba las riendas al caballo e iba más tranquilo y seguro que nosotros.
El maestro dijo:
—¿Qué cosa son tachas?
Sobre el alambre, bajo el arco, posó un pajarito diminuto, de color de tierra, sacudiendo las plumas para arrojar el agua.
Cantaba el pajarito, u fifí. fifí. De fijo el pajarito estaba muy contento. Dijo esto con la garganta al aire; pero en cuanto lo dijo se puso pensativo. No, pensó, con seguridad, esta canción no es elegante. Pero no era ésta la verdad, me di cuenta, o creí darme cuenta, de que el pajarito no pensaba con sinceridad. La verdad era otra, la verdad era que quien silbaba esta canción era la criada, y él sentía hacia ella cierta antipatía, porque cuando le arreglaba la jaula, lo hacía de prisa y con mal modo.
La criada de esa casa, ¿se llamaba Imelda? No. Imelda es la muchacha que vende cigarros “Elegantes”, cigarros “Monarcas”, chicles, chocolates y cerillas, en el estanquillo de la esquina. ¿Margarita? No, tampoco se llamaba Margarita. Margarita es nombre par una mujer bonita y joven, de manos largas y blancas, y de ojos dorados. ¿Petra? Sí, éste sí es nombre de criada, o Tacha. ¿Pero en qué estaría pensando cuando dije que nadie sabe qué cosa es tacha?
Es una lástima que el pajarito se haya ido. ¿Para dónde se habrá ido ahora el pajarito? Ahora estará parado en otro alambre, cantando u fiiiii, pero yo ya no lo escucho. Es una lástima.
Ya el cielo estaba un poco descubierto, era un intermedio en la llovizna. Llegaba el anochecimiento lentamente. La llegada de la sombra le daba un sentido más hondo al firmamento. Las estrellas de todas las noches, las estrellas de siempre, comenzaron a abrirse por orden de estaturas y distancias.
De abajo subía el ruido de toda la ciudad; de arriba caía el silencio de todo el infinito.
De cierto, no sé que cosa tiene el cielo aquí, que transparenta el universo a través de un velo de tristeza.
Allá son muy raras las tardes como ésta, casi siempre se muestra el cielo transparente, teñido de un maravilloso azul, que no he encontrado nunca en otra parte alguna. Cuando empieza a anochecer, se ven en su fondo las estrellas, incontables, como arenitas de oro bajo ciertas aguas que tienen privilegios de diamante.
Allá se ven más claritas que en ninguna parte las facciones de la luna. Quien no ha estado allá, de verdad no sabe cómo será la luna. Tal vez, por esto, tienen aquí la idea de que la luna es melancólica. Ésta es una gran mentira de la literatura. ¡Qué ha de ser melancólica la luna!
La luna es sonriente y sonrosada, lo que pasa es que aquí no lo conocen. Su sonrisa es suave, detrás de sus labio asoman unos dientes menuditos y finos, como perlas, y sus ojos son violáceos, de ese color ligeramente lila que vemos en la frente de las albas, y entorno a sus ojeras florecen manojitos de violetas, como suelen alrededor de las fuentes profundas.
Allá todo es inmaculado, allá todo es sin tachas... tachas, otra vez tachas. ¿En qué estaría yo pensando, cuando dije que nadie sabe qué cosas son tachas?
Había pensado esto con la propia velocidad del pensamiento, y que Dios diga lo que seguiría pensando, si no fuera porque el maestro repitió por cuarta o quinta vez, y ya con voz más fuerte:
—¿Qué cosa son tachas?
Y añadió:
—A usted es a quien se lo pregunto, a usted, señor Juárez.
—¿A mí, maestro?
—Sí señor, a usted.
Entonces fue cuando me di cuenta de una multitud de cosas. En primer lugar, todos me veían fijamente. En segundo lugar, y sin ningún género de dudas, el maestro se dirigía a mí. En tercer lugar, las barbas y los bigotes del maestro parecían nubes en forma de bigotes y de barbas, y en cuarto lugar, algunas otras; pero la verdaderamente grave era la segunda.
Malos consejos, experimentos turbios de malos estudiantes, me asaltaron entonces y me aseguraron que era necesario decir algo.
—Lo peor de todo es callarse, me habían dicho. Y así, todavía no despertado por completo, hablé sin ton ni son, lo primero que me vino a la cabeza.
No podría yo atinar con el procedimiento que empleó mi cerebro lleno de tantos pájaros y de tantas nubes, para salir del paso, pero el caso es que escucharon todo esto que yo solté muy seriamente:
—Maestro, esta palabra tiene muchas acepciones, y como aún es tiempo, pues casi nos sobra media hora, procuraré examinar cada una de ellas, comenzando por la menos importante, y siguiendo progresivamente, según el interés que cada una nos presente.
Yo estoy desengañado de que no estoy loco; si lo estuviera, ¿por qué lo habría de negar?, lo que pasa es otra cosa, que no está bueno explicar, por que su explicación es larga. De modo que la vez a que me vengo refiriendo, yo hablaba como si estuviera solo, monologando. Y noto que usted guarda silencio. . .
Usted, en aquel rato, para mí, no significaba nadie; según la realidad, debía ser el maestro; según la gramática, aquel a quien dirigiera la palabra, más para mí, usted no era nadie, absolutamente nadie. Era el personaje imaginario, con quien yo platico cuando estoy a solas. Buscando el lugar que le corresponda entre los casilleros de la analogía, corresponde a esta palabra el lugar de los pronombres; sin embargo, no es un pronombre personal, ni ningún pronombre de los ya clasificados. Es una suerte de pronombre personal que, poco más o menos, puede definirse así. Una palabra que yo uso algunas veces par fingir que hablo con alguien, estando en realidad a solas. Seguí:
—Noto que usted guarda silencio, y como el que calla otorga, daré principio, haciéndolo de la manera que ya dije. La primera acepción, pues, es la siguientes: tercera persona del presente de indicativo del verbo tachar, que significa: poner una línea sobre una palabra, un renglón o un número que haya sido mal escrito. La segunda es otra: si una persona tiene por nombre Anastasia, quien la quiera mucho, empleará, para designarla, esta palabra. Así , el novio, le dirá:
—Tú eres mi vida, Tacha.
La mamá:
—¿Ya barriste, Tacha, la habitación de tu papá?
El hermano:
—¡Anda, Tacha, cóseme este botón!
Y finalmente, para no alargarme mucho, el marido, si la ve descuidada (Tacha puede hacer funciones e Ramona), saldrá poquito a poco, sin decir ninguna cosa.
La tercera es aquélla en que aparece formando parte de una locución adverbial. Y esta significación, tiene que ver únicamente con uno de tantos modos de preparar la calabaza. ¿Quién es aquél que no ha oído decir alguna vez, calabaza en tacha? Y, por último, la acepción en que la toma nuestro código de procedimientos.
Aquí entoné, de manera que se notara bien, un punto final.
Y Orteguita, el paciente maestro que dicta en la cátedra de procedimientos, con la magnanimidad de un santo, insinuó pacientemente:
—Y, díganos señor, ¿en qué acepción la toma el código de procedimientos?
Ahora, ya un poquito cohibido, confesé:
—Ésa es la única acepción que no conozco. Usted me perdonará, maestro, pero . . .
Todo el mundo se rió: Aguilar, Jiménez Tavera, Poncianito, Elodia Cruz, Orteguita. Todos, se rieron, menos el Tlacuache y yo que no somos de este mundo.
Yo no puedo hallar el chiste, pero teorizando, me parece que casi todo lo que es absurdo hace reír. Tal vez porque estamos en un mundo en que todo es absurdo, lo absurdo parece natural y lo natural parece absurdo Y yo soy así, me parece natural ser como soy. Para los otros no, para los otros soy extravagante.
Lo natural sería, dice Gómez de la Serna, que los pajaritos dormidos se cayeran de los árboles. Y todos lo sabemos bien, aunque es absurdo, los pajaritos no se caen.
Ya estoy en la calle, la llovizna cae, y viendo yo la manera como llueve, estoy seguro de que a lo lejos, perdido entre las calles, alguien, detrás de unas vidrieras, está llorando porque llueve así.
***
Martín Guerrero
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jueves, 25 de diciembre de 2008

3 de Paz 3

Sonetos

1
Inmóvil en la luz, pero danzante,
tu movimiento a la quietud que cría
en la cima del vértigo se alía
deteniendo, no al vuelo, sí al instante.

Luz que no se derrama, ya diamante,
fija en la rotación del mediodía,
sol que no se consume ni se enfría
de cenizas y llama equidistante.

Tu salto es un segundo congelado
que ni apresura el tiempo ni lo mata:
preso en su movimiento ensimismado

tu cuerpo de sí mismo se desata
y cae y se dispersa tu blancura
y vuelves a ser agua y tierra obscura.


2

El mar, el mar y tú, plural espejo,
el mar de torso perezoso y lento
nadando por el mar, del mar sediento:
el mar que muere y nace en un reflejo.

El mar y tú, su mar, el mar espejo:
roca que escala el mar con paso lento,
pilar de sal que abate el mar sediento,
sed y vaivén y apenas un reflejo.

De la suma de instantes en que creces,
del círculo de imágenes del año,
retengo un mes de espumas y de peces,

y bajo cielos líquidos de estaño
tu cuerpo que en la luz abre bahías
al oscuro oleaje de los días.


3

Del verdecido júbilo del cielo
luces recobras que la luna pierde
porque la luz de sí misma recuerde
relámpagos y otoños en tu pelo.

El viento bebe viento en su revuelo,
mueve las hojas y su lluvia verde
moja tus hombros, tus espaldas muerde
y te desnuda y quema y vuelve hielo.

Dos barcos de velamen desplegado
tus dos pechos. Tu espalda es un torrente.
Tu vientre es un jardín petrificado.

Es otoño en tu nuca: sol y bruma.
Bajo del verde cielo adolescente.
tu cuerpo da su enamorada suma.
* * *

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Esa experiencia de la muerte

*****

En 1940, José Revueltas asistió a los últimos momentos de vida de su hermano Silvestre. Los describe así:

“Apenas pasan unos cuantos minutos de las doce de la noche; ha comenzado el cinco de octubre.” […]

“Las manos de Silvestre tiemblan con trepidantes sacudimientos y, sin apartar de mí su espantosa, justiciera mirada, mueves los labios con retorcidas, torpes contracciones epiletoides, en un esfuerzo desesperado por articular alguna misteriosa palabra, que ya no alcanza a decir. Su cuerpo brinca por dentro con dos o tres violentas convulsiones y ahora sus ojos se vuelven hacia atrás, omo si alguien tirara de ellos con desconsiderada rudeza, desde el interior del cráneo, mientras los párpados permanecen abiertamente rígidos y tensos, con los músculos paralizados.

“ —¡Hermano, hermanito querido, hermanito del alma! —escucho a mi hermana Consuelo que solloza con un ronquido bestial, inhumano, a tiempo que toma entre sus brazos la cabeza de Silvestre y lo besa en la frente. Del otro lado de la cama apenas logro distinguir la figura borrosa, atribulada de Ángela.

“Yo me arrojo a los pies de Silvestre y hundo mi rostro entre ellos. Son unos pies calientes, unos pies que arden y me queman los labios como una llama, en este abrumador incendio de su muerte.

“Me siento despedazado, destruido. Pero cuando, transcurridos unos instantes, me aproximo a contemplar el rostro de Silvestre, nunca recuerdo haberlo visto ni tan bello ni tan puro, dulcemente quieto y en reposo, después de haber combatido por última vez.

“Después de haber sido derrotado por última vez.”

Y es que la muerte de un familiar querido, de una persona amada, es un suceso terrible, duro, imposible de soportar en ocasiones.

Hace dos años, el 23 de diciembre del 2006, murió mi hermano Arturo, el mayor de todos. Su muerte ocurrió entre las gélidas paredes de la sala de terapia intensiva. Pero ya tenía un par de días inconsciente, es decir sin reconocer a nadie. Deliraba, y aunque yo sabía que se hallaba en agonía no quería aceptarlo. Cremamos su cuerpo el día 24, hacia el mediodía; retornamos todos con su urna funeraria, llenos de estupor, como si hubiéramos asistido a un acto que nos fuera completamente ajeno. Su ausencia rotunda, pesada, dolorosa, nos confirmó el hecho simple y brutal de su fallecimiento, de su no ser. Yo tampoco “recuerdo haberlo visto ni tan bello ni tan puro”.

El lugar es común: el tiempo amortigua el dolor, pone en sordina el estrépito del llanto y los recuerdos, apacigua las iras.

Sólo quiero recordarlo en este su aniversario de muerte: Arturo Coria, mi hermano, un hombre trabajador y digno.

*****

martes, 23 de diciembre de 2008

El ciudadano armado

Yo sí soy partidario de las armas de fuego; de su posesión y de su uso. En México tenemos reconocido ese derecho en la Constitución, pero las leyes secundarias y diversos ordenamientos hacen muy difícil poseer legalmente un arma de fuego que no sea calibre 22.

El mercado negro de armas de fuego es uno de los negocios más florecientes. Lo ayuda la enorme corrupción y la impunidad tradicionales en este país del carajo. Pero los ciudadanos estamos sometidos al escrutinio más severo cuando se trata de conseguir un permiso oficial para una pistolita de risa. Los permisos se deben flexibilizar, junto con un registro de poseedores que no sea modificable a criterio del responsable en turno, ni vendido al mejor postor.

¿Cuántos militares y civiles están coludidos en este negocio oscuro? ¿Quiénes serán? Sólo Dios lo sabe, y como Dios no existe… (Y si existe ya debe estar armado hasta los dientes).


Martín Guerrero



Ni de paz ni de amor, la noche


Las clases medias están aterradas.

Las estrategias de seguridad se pueden describir como palos de ciego. En esta época de posadas, el gabinete de seguridad sigue teniendo como propósito romper la piñata del narco, pero parece que sus ojos están vendados y sencillamente no dan una. Sus victorias de las últimas semanas son pírricas si consideramos las denuncias que muestran el avance de la delincuencia –organizada y no-, entre ellas el incremento de secuestros, asaltos a casas habitación, amenazas a pequeñas empresas, escuelas privadas y figuras del deporte o el espectáculo.

Y por si fuera poco, el ejército mexicano parece haber desenterrado el hacha de guerra y con ello comenzar a desembarazarse un poco del mando civil. Los hechos recientes en Guerrero no son una mera advertencia a las fuerzas armadas, sino la continuidad creciente de las acciones del narco en contra del Estado. De hecho, la reacción es del ejército, no al revés; quiero decir que la acción, la iniciativa ha estado constantemente en mano de los sicarios y sus jefes. Pero este ejército no sabe tratar con la población civil, salvo cuando se trata de “ampararla” en casos de desastres. Lo que se espera es un incremento de las violaciones a los derechos humanos en la medida en que el ejército tenga mano libre en su lucha contra esas organizaciones criminales.

Visto así, es el Estado mexicano el que parece hallarse en situación de debilidad. La percepción de un Estado débil, vulnerable, no hace sino aumentar el desafío en su contra. No se negocia con el enemigo, excepto cuando aquél es más fuerte y conviene apaciguar el fuego para no perder lo que nos quede; se negocia cuando el adversario tiene la misma fuerza y por lo tanto se estima la prolongación desgastante de la conflagración, o bien cuando las armas empleadas podrían resultar en la eliminación de ambos frentes (la guerra nuclear); también, cual el enemigo ha sido reducido a tal grado que él mismo plantea la negociación, la cual se hará en los términos del vencedor.

Lo anterior lo han dicho los estrategas y teóricos de la guerra, desde Sun Tzu y Maquiavelo hasta Von Clausewitz y los creadores de las tácticas en la era posnuclear. Pero esta guerra sui géneris tiene sus elementos sociales que no aparecen por ningún lado. ¿Medio millón de personas laborando en cualquiera de las actividades ligadas al narco no es un número suficiente para modificar estrategias de política social y económica, o se pretende capturarlos y encarcelarlos a todos, como parece ser el propósito? Ya todos nos hemos reído suficiente de las declaraciones (¡otra vez!) melodramáticas y patrioteras de Felipe Calderón, así que es tiempo de jalarle las orejas para que su guerra ya no sea sólo mediática.
Desgraciadamente, según lo que se desprende de sus conclusiones en la reunión de Bahía, no cambiará ni un ápice lo que la doctrina le impele llevar a cabo, así se desmorone el país.

“El pensamiento estratégico es inevitablemente pragmático”, dice Peter Paret en la introducción a “Creadores de la estrategia moderna, desde Maquiavelo a la era nuclear”. No obstante, el pensamiento en materia de seguridad del gobierno federal y de los gobiernos estatales -DF incluido- es simplemente reaccionario. Y todo se reduce al reclamo de que los recursos para los ramos en seguridad son insuficientes.

Las clases medias están aterradas, pero el ejército está enojado. Cuidado.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Viejo barrio



El pie de foto dice:

"Vías del tren al norte de la iglesia de Santiago Tlatelolco. (Foto de Lorenzo Coronado)."




La foto data de 1958, aproximadamente.


***

Misterios


+ + +


¿A dónde va,
de dónde viene
tanta gente?



Ana Coretta


Fotografía de F. Mata
+ + +

Justo reclamo



Solución a la pobreza, a la falta de empleos, a la educación sin calidad, a las políticas sociales tipo teletón, a la desigualdad en la distribución de la riqueza...




Garganta profunda

Apenas libre luego de haber sido el principal promotor de una manifestación a favor de los derechos del consumidor consuetudinario de artículos propiciatorios de estados alterados de la conciencia (¡uf!), el Warrior retorna por sus fueros. En realidad no se trató de una manifestación, sino de una masiva y multitudinaria quema de yerba acompañada de chelas y otras bebidas, que sólo se hizo pública cuando llegó la tira con su parafernalia gandallamente represiva.

El Warrior casi fue convertido en sicario de los Beltrán Leyva o en Zeta o en entenado de La Familia, pero su emperramiento en no soltar prenda lo libró de cargos mayores aunque no lo privó de una chinga de perro bailarín a su tamaño. Su identificación como reportero de La Revista del Carajo, y el que conociera a un reportero de nota roja y a varios de deportes lo transformaron, en pocas horas, de indiciado por crimen organizado a culpable por faltas administrativas con imputabilidad probable de daños a la nación (con el tolete de uno de los granaderos les rompió cascos, escudo y jeta a más de tres genízaros pasados de lanza).

La banda celebró el retorno de héroe con una quema masiva y multitudinaria de yerba acompañada de chelas y otras bebidas menos refrescantes.

Este domingo, tempranito, el Warrior llegó corriendo con la cruda en el rostro a preguntarme si era cierto lo que le habían contado: que Garganta Profunda había muerto recién. Le dije que sí, que la leyenda había colgado los tenis; y para que se enterara de todo anduve revisando las cajas donde envolvemos con periódico las figuras de barro que vendemos en la feria y recuperé la nota. El Warrior leyó varias veces, como si no comprendiera, cosa que yo atribuí al exceso de tachas. Luego hizo una bola con el papel y lo arrojó al suelo, mientras me gritaba: “¡Pinche Alma, mala madre! ¿Por qué me choreas, méndiga?”.

Diez minutos después, mientras le decía todas las maneras en que se iba a morir, supe que el Warrior creía que quien había muerto en estos días era Linda Lovelace, la estrella de la pornocinta de los 70 llamada así: Garganta profunda.

— Y además esa vieja se murió en el 2002, pendejo.

El Warrior me trajo un cartón de guamas como señal de apaciguamiento; me pidió que llamara a su homónimo ilustrado pata que nos informara sobre la madonna porno, de cuya muerte no se había enterado. También trajo la cinta en versión VDC clonada para brindar por ella mientras ejercía en sus míticas y reales felaciones ante la cámara. Y es que Linda —dijo el Martín con tono didáctico— era una experta en el arte que una cierta becaria llevaría años después hasta niveles presidenciales. Católica de origen, luego de un accidente automovilístico conoció a un tal Charles “Chuck” Traynor, quien literalmente la introdujo al mundo de la prostitución disfrazada de pornografía fílmica. Justo es decir, como ha señalado varios, que en aquellos años los filmes pornográficos de exhibición pública eran poco menos que inexistentes. Pero la lucha por los derechos civiles en aquellos años también benefició a otros sectores menos preocupados por las libertades y más ocupados en acarrear dinero, como los productores del cine porno y los exhibidores de salas de este tipo.

Linda había “actuado” en otros filmes pornos, incluso uno zoofílico, aunque lo negó cuando empezó a ser famosa. La leyenda cuenta que la neoyorkina era una consumada tragaespadas de feria, una verdadera máquina succionadora, habilidad de la que se enteró el cineasta Jerry Gerard o Gerard Damiano, quien aprovechó dichos talentos en la construcción de la historia que se filmaría como otra película XXX de bajo presupuesto. Tan fue así que el rodaje tuvo una duración de sólo dos semanas y se estrenó en el New York Mature World en 1972, con los siguientes créditos: Deep Throat. Dirección, Guión y Edición: Jerry Gerard (Gerard Damiano); Producción: Lou Perry; Fotografía: Harry Flecks; Con: Linda Lovelace, Harry Reems (Dr. Young), Dolly Sharp (Helen), Bill Harrison (Mr. Maltz), William Love (Wilber Wang), Carol Connors (enfermera), Bob Phillips (Mr. Fenster), Ted Street, John Byron, Michael Powers, Al Gork. Estados Unidos, 67 min.

Se sabe que con sólo seis meses de exhibición recaudó más de 600 mil dólares. También se calcula que desde su estreno hasta el año 2003 el filme recaudó más de 600 millones de dólares en ganancias, contra los 25 mil invertidos, de los cuales, apenas 1,200 fueron el salario de Linda por su actuación. Sobra decir que su fama creció como espuma y empezó a ganar dinero a montones por participar en otros filmes, revistas, sesiones de fotos y demás actividades, como las entrevistas y apariciones en tv. Trató, inútilmente, de convertirse en actriz verdadera, pero fracasó. Luego se convirtió al feminismo radical y se volvió una convencida pero no convincente militante antiporno.

Me cuentan que en 1980 ella publicó una autobiografía titulada Ordeal (“Prueba de muerte” en español). No la conozco, pero me dicen que es la misma historia que apareció en otra edición española con idéntico nombre de la ya mítica película, pero con el subtítulo “Memorias de una actriz porno”. El tal libro se supone que relata la manera en que siempre fue forzada (por su marido) a prostituirse de todas las maneras conocidas y por conocer. Dos fragmentos que andan en internet y que recojo [carajo, cojo y recojo] por medio de Wikipedia dan idea de los que en el libro se relata:

Debido a mi capacidad de relajar por completo los músculos de la garganta, pronto me hice muy popular entre los hombres a los que les gustaba el sexo oral. Una y otra vez me encontraba con tipos que me decían: "Chavala, eso nunca me lo había hecho nadie". Y, como es obvio, llamaban a un amigo para que probase también conmigo.Chuck estaba encantado con todo eso. Lo llamaba publicidad de boca a boca.

* * *
¡Gracias a Dios! Estaba segurísima de que había sido obra de Dios. Aquel accidente fue con total certeza la respuesta de Dios a mis oraciones. Tal vez no fuera una respuesta al pie de la letra, tal vez no me concediera todo lo que yo deseaba, pero al menos me había protegido.
¿De qué?
De que me follara un burro en Juárez, México.

* * *
Linda Lovelace se llamaba en realidad Linda Susan Boreman, nacida en New York en el 49, muerta en el 2002 a los 53 años debido a un accidente automovilístico. Le falta a ella el poeta o el cantante que le escriba el poema o la canción respectiva, aunque tal vez alguien ya lo hizo y yo lo ignoro. Lo que no desconozco es que esta película y el caso Watergate son iconos en la cultura popular gringa.

* * *
Vimos la cinta dos veces, repetimos a diferentes velocidades las escenas más representativas, discutimos acerca de tal o cual escena y de sus intencionalidad, quisimos encontrarle chichis a las víboras y arrancar peras al olmo, pero nomás no pudimos. Lo que sí pudimos hacer fue acabar con otros cartones y quemar nuestras reservas verdehalago en homenaje a la abuela yanqui de la virgen de los sicarios.

El Warrior abrió los ojos luego de un rato de introspección mafufa. Queríamos curarlo de la nostalgia. Le preguntamos su parecer acerca de la película luego de tantos años sin haberla visto. Chasqueó la lengua y nos dijo, casi de modo despectivo:

— ¡Qué mamadas!

Y eso que no le contamos acerca de Mark Felt y el periplo de Bob Woodward y Carl Bernstein como reporteros del Washington Post.

Alma María / Martín Guerrero
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Ni pollo ni apoyo


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Navidades precarias.




Ana Coretta

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¿Un Provida socialdemócrata?

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“¿Por qué ellos sí juntan gente y nosotros no? Allí hay transa.”


Jorge Carlos Díaz Cuervo presenta sus cartas credenciales como el nuevo Serrano Limón de la política partidista, luego de su denuncia y exigencia para que el IFE investigue de dónde salen los recursos que utiliza el Movimiento Nacional por la Esperanza de obtener billete que regentea el “siempre imitado, jamás igualado” Señor de las Ligas, René Bejarano.

El espíritu policiaco-paparazzi de Díaz Cuervo se revela cuando afirma: “Estamos esperando ese momento en que podamos ubicar a Andrés Manuel en un acto y poder tener los elementos fotográficos [y] periodísticos asociados a funcionarios públicos que casi siempre lo acompañan", refiriéndose a los diputones, sentadores, funcionarios impúdicos y aspirantes que se aparecen en tales actos con la esperanza de que El Profe les arroje unas monedas.

Pero como parece que el IFE trata a los socialdemocratistas como si fueran simples ciudadanos de a pie, Díaz Cuervo ha hecho su berrinche a las puertas de la desprestigiada institución acusándola de puñal y de que no tiene los tanates suficientes para investigar lo que exigen. “Todos estos movimientos tienen que ser investigados porque se están convirtiendo en actos anticipados de campaña y actos disfrazados”, chilló.

Este blog se suma a la campaña moralina del PSD (que ya chilló también contra la decisión del IEDF de otorgarle registro al MSD por el parecido de siglas entre ambos) e insta al IFE a investigar a fondo los chanchullos de los partidos grandes y pequeños, de los movimientos y alianzas, de los Profesores transas y de los Cuervos de malos Díaz que se disfrazan de blancas palomitas.

Todo sea por ahorrarnos unos pesos que puedan ser utilizados en la creación de empleos. (Yo también soy moralino, y qué).

Martín Guerrero
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A patín o en microbús


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Todos saben que el Proyecto del Bicentenario en materia de transporte público es una idea acariciada por el carnal Marcelo desde su más tierna infancia.




A. Chaz Carrillo

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"Correcsión"


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Feliz año nuevo




A. Chaz Carrillo




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Pecados capitales


La mirada del fulano demuestra:

a) Lujuria
b) Codicia (Avaricia)
c) Gula
d) Las anteriores



Alma María

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Portada decembrina


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Bueno, los gueyes del Estados Unidos ya hasta ofrecieron disculpas (como unos Chuchos cualquiera), pero jámás retirarán la revista de circulación. Ya tengo la mía.


El Warrior


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En el borde

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Felipillo Calderas no necesitaba las vacaciones en Brasil para denunciar que estamos a punto de que nos lleve la chingada, no por cierto a los beneficiados por los rescates disfrazados, a los cobijados por el presupuesto (exentos de impuestos para que lloren), y a los protegidos por el Teletón (los que evaden impuestos con tus donaciones).

El Coro de los niños aulladores de hambre ya afina en tono de re: si antes nos fue de la chingada ahora será de la re-chingada. Y como dice el chiste en boga, padeceremos un periodo de harto consumismo: con su mismo par de zapatos, con su mismo pantalón, etc.

El defensor de las puertas abiertas al mercado (“duele, pero gana el mundo”), el machito del TLC (“aunque nos lleve el carajo, pero nos aguantamos”), el hombrecito que espanta con el petate del muerto (“se les juntarán los migrantes en la frontera pidiéndoles posada”), el campeón de las economías emergentes (“evitemos el proteccionismo, eso se los dejamos a los países desarrollados”), el líder de los encuentros a puertas abiertas ("ya conocí Brasil, el año próximo nos veremos en Venezuela”), el conductor de esta nave llamada Titanic (“estamos muy contentos y vemos el futuro con optimismo”), ese “chaparrito, pelón, de lentes”, no recuerda el clásico de antaño: “Estábamos al borde del precipicio, pero dimos un paso adelante…”.

Sólo que esa frase, hoy, no es sólo un dislate.

Martín Guerrero
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viernes, 19 de diciembre de 2008

CAMPOSANTO, de Sibila de Villa


Hace tiempo debí hacer la difusión de este magnífico disco por medio de este blog. Hoy lo hago. Sibila toca el saxofón alto, el saxofón soprano y la flauta.

Participan como músicos invitados: HÉCTOR INFANZÓN, ROSINO SERRANO, ÁLVARO BITRÁN, LEONARDO SANDOVAL, AGUSTÍN BERNAL, OMAR ORTIZ, ALEJANDRO CAMPOS y DON THOMPSON.

Temas y compositores:
Por qué / Jorge del Moral
Muy a mi pesar / Armando Manzanero
El último beso / Agustín Lara
Quiéreme mucho / Gonzálo Roig
Toda una vida / Osvaldo Farrés
Vete de mí / Homero Expósito
Bésame mucho / Consuelo Velázquez






Visita su blog: sibiladevilla.blogspot.com






miércoles, 17 de diciembre de 2008

"Morelia, cuyo camino yo no había buscado..."

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Retorno de Morelia el domingo por la mañana. En la edición michoacana de La Jornada, su portada exhibe una foto anunciando los funerales de doña Amalia Solórzano. Mientras el autobús sale de la ciudad, leo la extensa nota biográfica sobre la viuda del general Lázaro Cárdenas y su papel en la vida pública de México, particularmente en la defensa de la soberanía petrolera; antes, también, su participación en el cobijo de los más de 25 mil exiliados españoles que arribaron a estas tierras, unos con mejor fortuna que otros.

En el suplemento cultural encuentro un texto firmado por Alejandro Michelena titulado “Antonio Machado: poesía perdurable”, un resumen biográfico del poeta que leo con interés preguntándome si se cumple algún aniversario de su vida o de su obra, aunque no descubro nada de eso. Sin embargo, el asunto me inquieta porque hace tiempo quise hacer un seguimiento sobre las horas postreras del poeta como metáfora de la república española, que se quedaron en notas dispersas, pero apuntaba a las ramificaciones que constituyen las obras de Zambrano, Gaos, Xirau, Roces y otros más.

Antonio Machado me interesaba en primer lugar porque, como figura señera de la generación del 98, anticipa su muerte en una conversación al afirmar: "Tengo la certeza de que el extranjero significaría mi muerte". Cansado y enfermo, replegándose -según le ordenaba el gobierno- de ciudad en ciudad, ante el avance de las tropas nacionalistas, parece saber que su muerte ocurrirá pronto y en tierras extranjeras.

La República se desmorona. Entre la noche del 21 de enero de 1939 y las primeras horas del día 22, el Estado Mayor informa al Gobierno Republicano que el frente ya no existe más. Se ordena que todos los órganos oficiales abandonen Barcelona. Antonio Machado y su familia son movilizados en coche hacia Gerona, a la que arriban por la mañana del día siguiente. Intentan llegar, como cientos de miles de refugiados, a la frontera con Francia. El día 26, una ambulancia los lleva hasta la masía "Max Feixat", cerca de Viladásens. Tardan todo un día en llegar a la frontera, a pesar de estar a pocos kilómetros de ella. Dos compañeros de viaje, Corpus Barga y José Machado, hermano de Antonio, relatarán tiempo después sus recuerdos de aquél día, pero mientras el primero asegura que Machado y sus compañeros abandonaron también el auto en que viajaban para unirse a la multitud que les arrastraba, José —pintor, quien viajaba con su esposa— afirma que ni el poeta ni su madre llegaron a descender del vehículo y sólo lo hicieron para cruzar la frontera.

Barga y los hermanos Xirau (José y Joaquín) se adelantaron hasta la caseta en la que se encontraba el comisario de policía francés, a quien le explican la situación. Sorprendentemente (para mí), el policía presta su automóvil para conducirlos hasta la estación de Cerbére, distante a no más de medio kilómetro. Pasan la noche en un vagón de tren ante la escasez de alojamiento. Es la noche del 27 de enero de 1939, la primera noche de exilio. De allí son trasladados a Collioure, donde se hospedan en el hotel Bougnol-Quintana la tarde del 28 de enero. Doña Ana, la madre de los Machado, ya no puede moverse. Permanecen en Collioure, sin dinero, sobreviviendo apenas de la caridad. Antonio todavía le escribe a José Bergamín el 9 de febrero contándole de sus planes para obtener trabajo e ingreso, ya sea en París o en la URSS, “donde encontraría amplia y favorable acogida”. Pero el día 18 empeora su neumonía, complicándosele con gastroenteritis. Agoniza. Muere a las cuatro de la tarde del 22 de febrero. Doña Ana Ruiz sigue a su hijo tres días después. Fueron enterrados juntos, en una fosa ofrecida por una amiga de la señora Quintana, la dueña del hotel.

Entre los intelectuales que cruzaron a Francia en esos días se encontraba María Zambrano con su familia.

Estaba yo en Morelia el día 12 de diciembre, hace cinco días. Justamente un año antes, el día 12 también (al fin y al cabo guadalupano), escribí una nota sobre ese momento del exilio español centrándome en la persona de María Zambrano. Aunque el texto tiene un título poco acertado, se lo envié a una amiga por esas fechas y lo reproduzco a continuación con breves cambios:



Afortunadas coincidencias:

Conseguí, a muy bajo precio, la correspondencia entre Alfonso Reyes y María Zambrano coeditada por Taurus y el COLMEX, titulado Días de exilio*. Allí leo que María Zambrano arribó a la ciudad de México el viernes 24 de marzo de 1939 y luego residió un tiempo en Morelia (¡como otros tantos exiliados!), donde impartió cátedra en la Universidad de San Nicolás de Hidalgo. Tuvo dos domicilios allí: Benito Juárez 179 y Corregidora 465.

La Casa de España en México, antecedente de El Colegio de México, se hallaba por entonces “arrimada” (como dice en la Introducción) a la editorial Fondo de Cultura Económica, en Madero 32, en la ciudad de México. Allí conoció a Alfonso Reyes, entre otras personas. En junio de ese año, María impartió tres conferencias que fueron muy elogiadas, recogidas en un libro que fue publicado poco tiempo después; las conferencias no fueron dadas en el Palacio de Bellas Artes, como afirman varios, sino en la Sociedad de Geografía y Estadística que se hallaba en Justo Sierra 19. Daniel Cosío Villegas era a la sazón el director de la Casa de España y por ello pudo invitar a María a dictar unos cursos de filosofía en la Universidad de Morelia.

La segunda ocasión que Zambrano y Reyes se encontraron fue en Pátzcuaro. Los integrantes de la Casa de España estuvieron allí entre el 6 y 9 de mayo de 1939, invitados por el gobierno estatal y el rector de la universidad para asistir al aniversario de don Miguel Hidalgo. En sus recuerdos sobre Reyes publicados en 1960, Zambrano elogia al escritor fallecido un año antes y pondera su humanismo, “Porque ese día, frente a ese maravilloso lago en donde se encuentra la sin igual isla de Janitzio, Reyes se le acercó ‘en silencio y sin romperlo apenas’, y le dijo: ‘María, dondequiera que exista hoy una persona está llorando’. Las palabras alfonsinas la dejaron ensimismada. La debió haber visto acongojada, triste, aflijida.” Compartía también el escritor “el dolor de aquella hora”, la caída de España.

María Zambrano amó Morelia, entiendo, porque le significó un espacio de paz o liberador, pero en todo caso adecuado para dar nuevos rumbos a su obra, que luego irradiaría, engrandeciéndola, por varias partes de América y Europa. Pero antes, en enero del 39, a poco de pisar territorio francés recorre el último trecho de España en compañía de Antonio Machado y su madre (de él), de Joaquín Xirau (el padre de Ramón) y otros intelectuales más. A México arribaron María y parte de su familia en calidad de “refugiados políticos”, gracias a los buenos oficios de gente como don Gilberto Bosques Saldívar (otro gran personaje de la historia mexicana, quien apenas hace unos pocos años fue reconocido por el gobierno austriaco, imponiendo a una calle de Viena el nombre del diplomático), quien servía como Cónsul General de México en París, luego trasladado a Marsella. Esto lo anoto porque el libro que cito lo adquirí recién en lo que fue la sede de la SRE durante casi cuarenta años, en Tlatelolco, que es hoy un recinto universitario. Y recordé que un personaje similar, un norteamericano llamado Varian Fry, (que fue prisionero del gobierno de Petain, en Marsella, a finales del 40), ayudó a otra intelectual de gran renombre a salir de la Europa herida: se trataba de Hanna Arendt, nada menos, que residía en Paris desde el 36 y quien logró salir de Lisboa hacia Nueva York a principios del 41. Creo que Arendt y Zambrano nunca se conocieron, aunque puedo imaginar que en alguna velada parisina se pudieron encontrar, y acaso mirarse sin saber mutuamente quiénes eran. Por cierto, entre los miles de personas a quienes Bosques salvó la vida se hallaba Max Aub, quien logró escapar de un campo de concentración de Argelia y embarcarse desde Casablanca rumbo a México, en septiembre del 42. Don Gilberto sería también “huésped” de los nazis, tiempo después.

Entonces era la guerra: el fin de la Civil Española, el comienzo de la Segunda Mundial. Justo a principios de este diciembre vi de nuevo Casablanca, pero apenas reparé en que la acción sucede entre el cinco y seis de diciembre del 41, pues Rick (Humphrey Bogart) autoriza un recibo y así descubrimos tal fecha los espectadores. Rick ha estado en la Guerra Civil Española, simpatizando con los republicanos; ahora ayudará a los aliados. El día 7 es el bombardeo a Pearl Harbor y USA entra a la guerra. Al final de la cinta (“Creo que este es el comienzo de una gran amistad”), el aventurero gringo y el policía francés quizá se internen en el desierto para proseguir su lucha contra los nazis.

Mientras ello ocurre en la pantalla, en el trasfondo del desierto africano, en una posición que la literatura no descubre pero que el imaginario popular sobre la Legión Extranjera ubicaría en un sitio agreste e inexpugnable por lo remoto y árido, un grupo de combatientes retoman la esperanza y hacen eco al llamado de De Gaulle para liberar a Europa del fascismo. Claro, refiero la novela no tan buena pero sí emotiva de Javier Cercas “Soldados de Salamina” (Tusquets). Como leí primero la novela estoy “contaminado” y no me gustó la película que con el mismo nombre filmaron hace años. Rescato de ella la actuación de Ariadna Gil en el papel de Lola, la protagonista principal.

En la novela, uno de los hombres que surgen del fondo de la nada para barrer el fascismo es, aparentemente, Miralles, quien como bisoño soldado de la república española habría permitido la huída de Rafael Sánchez Mazas, ideólogo de las Falanges y quien durante un tiempo estuvo en el primer círculo de Franco, una vez que éste triunfó. Había sido además mano derecha de José Antonio Primo de Rivera, con quien Zambrano y otros intelectuales habían mantenido contactos años antes, hacia 1932, cuando fundaron el grupo llamado “Frente Español”, a poco del nacimiento de la República española y cuando aún era posible debatir con el adversario, no matarlo. A diferencia de Miralles, personaje literario, Sánchez Mazas sí existió (nació en Coria, provincia de Cáceres, por cierto) y conoció a varios de los intelectuales republicanos mucho antes de la guerra, en tertulias literarias y la academia; seguramente conoció al padre de María Zambrano, don Blas Zambrano, y por supuesto que conoció al maestro de María, José Ortega y Gasset. Ese Sánchez Mazas se salvó —no así sus cuarenta y nueve compañeros de prisión, que cayeron abatidos en el fusilamiento masivo— de las balas que según Cercas habría ordenado el comandante Enrique Líster, quien fue también mandamás del famoso Quinto Regimiento. Ello ocurría mientras la frontera con Francia se atiborraba de refugiados republicanos en marcha hacia el exilio y/o la muerte. Entre todos ellos iba María Zambrano con sus familiares.

En algún momento posterior transitaría ese mismo amargo sendero del exilio José Herrera Petere, poeta y amigo de Zambrano, que murió en 1977 pero a quien recuerdo por ser el autor de la letra de una de las canciones emblemáticas de la guerra: “¡No pasarán!”, así como de una “Marcha del Quinto Regimiento”. Herrera Petere fue después miembro del Consejo de redacción de la emblemática revista Taller, fundada por Octavio Paz y Efraín Huerta. De las varias canciones republicanas de la Guerra Civil Española que he recopilado, una lleva el título de Canción de Bourg Madame, de autor desconocido y escrita en plena agonía de la República, una de cuyas estrofas dice:

Españoles, salís de vuestra patria
después de haber luchado contra la invasión,
caminando por tierras extranjeras
mirando hacia la estrella de la liberación.
Al parecer no fue Bourg-Madame si no Le Perthus el sitio por donde Zambrano y miles más (Antonio Machado entre ellos, como dije) abandonaron España, perseguidos, hostigados por los nacionalistas quienes habían tomado Barcelona el 25 de enero. Lo último que estos transterrados vieron de España fue tierra catalana, lo último que oyeron allí fue el acento catalán en el castellano y el francés, retenidos todos ellos al pie de los Pirineos. Machado moriría días después; Zambrano iría a París y luego a Marsella, para embarcarse de allí rumbo a América.

María Zambrano nació el 22 de abril de 1904, aunque por estar en riesgo de muerte no fue registrada hasta el día 25, se cita en una biografía, por lo que se suele confundir su fecha de nacimiento. Y aunque nació en Vélez, Málaga, es decir en tierra andaluza, su formación se dio en Segovia, en la tierra castellana, y en Madrid. La vida la llevó a residir en diversas ciudades, viajera contumaz a pesar de sus deseos, como si el exilio fuera su marca, y quizá lo fuera. Adolfo Castañón dice en el libro citado que María no fue feliz en Morelia. Tal vez así fue, porque a poco de hallarse allí fue a dar unas conferencias a la Habana, donde enfermó y no pudo volver para retomar su cátedra, por lo que su “contrato” fue anulado por el rector de la Nicolaíta, aun cuando ella misma escribió que jamás había firmado contrato ni gozado de otros beneficios. Así fue como perdimos a María.

Sin embargo, cuando recibió el Premio Cervantes en 1988, María dijo en su discurso de aceptación: "Y hay lugares del mundo hispánico donde esta visibilidad se hace resplandeciente; y así, en Michoacán, donde se me dio a conocer la experiencia de la unidad perfecta de la forma que hasta alcanza los ínferos reales del habla. Aquella lluvia angelical tan fina que me indicaba a mí y a mis pacientes alumnos que eran las cuatro de la tarde (…). Allí, en Morelia, cuyo camino yo no había buscado sino que el camino mismo me llevó a ella (…). Fui sustraída a la violencia y me encontré en esa paz que se destaca con especial fuerza y delicadeza en aquella ciudad (…) la revelación de un logos indeleble y secreto, misterioso e invencible de las letras hispánicas, aún por lograrse, recorriendo todas ellas como una música simpar que se da en múltiples lados y se hace notar que todavía no se ha acabado (…) de lograr enteramente".

En la misma edición del 14 de diciembre de La Jornada michoacana aparece una nota de Jorge Durand sobre la estadía de JM Le Clézio en El Colegio de Michoacán. Me llama la atención que también como a María Zambrano, los embrollos burocráticos hayan dejado al hoy Premio Nobel de Literatura sin medios de subsistencia, a quien le rescindieron el contrato “porque, se decía, no había presentado, en la forma adecuada, su proyecto de investigación”.

Y como un Chucho cualquiera, ofrezco disculpas (nada de pedir perdón) al respetable por la extensión de este escrito.

*Días de exilio. Correspondencia entre María Zambrano y Alfonso Reyes, 1939-1959. Compilación, estudio preliminar y notas de Alberto Enríquez Perea. México, El Colegio de México – Taurus, febrero de 2006.

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Los motivos del lobo



A ver lobito, ¿y por qué ésta no la tienes taaaan grande?


Alma María

La Raza

La foto es de J. Mata Rosas (aunque no sé si le puso ese nombre o carece de tal):



Ana Coretta

"Un tesoro inestimable"


Gracias a la generosidad de los amigos recorro algunos lugares de Michoacán; unos ya conocidos y otros no, mas todos bellos: Morelia, Pátzcuaro, Quiroga, Tzintzuntzan, y los paisajes de los lagos.

La nostalgia me invade; trato de combatirla con chistes de mal gusto. La música de los amigos me catapulta a tiempos idos, plenos de candorosa ingenuidad y fe. Hoy pongo más atención a la gente, miro sus rostros, el modo en que se estrechan, su manera de reconocerse, la potencia de sus risas. Me maravilla que se maravillen con la iluminación y música de la Catedral, en ese paseo sabatino en la plaza, bajo la oscuridad apenas rota por los faroles del jardín.

Pienso, inevitablemente, en Iván Illich: su concepto de convivencialidad, en el que el centro motriz no es de ninguna manera una máquina sino un cálido corazón palpitante llamado amistad. Pero no sé muy bien por dónde llega esa súbita aparición de Illich en el campo de Vasco de Quiroga, Motolinia, Alcalá y los purhépechas (los de antes y los de hoy). Quizá -lo supongo- brota de esos instantes en que uno se siente verdaderamente a gusto junto a las personas que aprecia, un oasis auténtico en tiempos que se antojan terribles, y la religiosidad rotunda aunque silenciosa que se hace presente a todas partes donde miro. (Mi ser agnóstico y jacobino se pone alerta, se enerva).

Y para dármelas de conocedor cito a continuación al flamante premio Nobel de literatura 2008, Le Clézio, en un ensayo escrito con referencia a la Relación de Michoacán:

“Un libro, por raro que parezca, no llega a la universalidad por la elevación de sus principios morales, ni por la grandeza de los acontecimientos que reporta. De hecho, la guerra de Troya no fue más que la última razzia que los griegos lanzaron en contra de una ciudad rival de Asia menor, a pesar de la belleza del poema homérico.

“Las cualidades que acercan un libro a la dimensión universal son las mismas que presiden su concepción: una autenticidad que impregna cada una de sus palabras, a través de los personajes y de las acciones, y la profundidad de cada frase, cada pasaje. Contiene el alma de un pueblo entero, con todas sus ambiciones, su identidad cultural, su filosofía moral y su lengua. Tal libro es a la vez el cumplimiento y el motor central de una civilización. Es la razón por la que, a pesar del abismo del tiempo y de la diferencia cultural, podemos ser conmovidos, y compartir la verdad que el libro imparte.



“La Relación de Michoacán es uno de estos libros. Sin duda, representa un tesoro inestimable para el historiador o el arqueólogo. Pero es más que un documento. A través del testimonio del petámuti, y no obstante la fractura del tiempo y el filtro de la transcripción, nos permite penetrar en una de las culturas más creativas y armoniosas de la América prehispánica. Gracias a la riqueza de su imaginario, a la belleza de su estilo, nos hace sentir la profundidad de esta cultura por dentro.”

Los amigos son también ese tesoro inestimable.


Jean Marie G. Le Clézio. “Universalidad de la Relación de Michoacán”, en Alcalá, Jerónimo de. Relación de las cerimonias y rictos y población y gobernación de los indios de la provincia de Mechuacán. México, edición de El Colegio de Michoacán y el Gobierno del estado de Michoacán, 2000, págs.. 107-119.
Las fotos son de Juan Rulfo.








lunes, 15 de diciembre de 2008

de Gonzalo Rojas

La vaca racional

La Vaca Racional tiene los ojos de la envidia,
el cuerpo de una bella mujer, y por su baba
se expresa la miseria de los hombres.

Si, por fortuna, un día, nace el Árbol que viene al mundo libre,
distinto de los árboles que lloran su esclavitud en el paisaje,
y florece, y da fruto -natural testimonio de la naturaleza-,
la Vaca Racional palidece y murmura.

Y convoca a los puercos en su alcoba:
"Este Árbol no es un Árbol, les dice. No da flores ni frutos.
Este Árbol es un animal sanguinario
que no existe en el aire ni en la tierra.
Es un error visual, causado por el miedo de la noche.
No disfrutéis su sombra. No respiréis su oxígeno".

Pero el Árbol existe. Trabaja para todos. Los alimenta a todos.
Es capaz de morirse cada día por salvar a los otros de la muerte.
Por darle aire a los muertos, es capaz de vestirse de locura.

Lo que la Vaca Racional no podrá perdonarle
es el misterio que está inscrito en cada una de sus hojas,
donde pueden leer solamente los pájaros.

Ella vive esperando que un rayo parta el brillo de su copa,
pero el rayo es el alma de este cuerpo.
Vive afilando su hacha y la arroja de frente o de perfil
sobre la piel del Árbol. Pero el filo es un beso en su mejilla.

Entonces, se alza lívida de cólera. De cólera de histeria:
-"Este Árbol es un árbol,
es hijo de otros árboles, pero es un enemigo
de los árboles. Quiere encadenarlos al suplicio de la tierra.
Ya sabéis que he intentado arrancar sus raíces y volcarlo,
y convertirlo en barco, en casa o ataúd. ¿Por qué los otros árboles
son seres serviciales y prudentes, con que se labran sillas y ventanas
para mirar el mar, y cantan en silencio la humedad de su congoja?"

-"Vedlo ahí. Le hemos dado la lluvia y el verano suficientes
para su crecimiento, y se ha burlado de nosotros
usando sus pulmones para sembrar la alarma en los esclavos"

-"Vedlo ahí como un rey cuyo trono fuera el viento
haciendo oir su voz, llevando el remolino
al corazón de todos los que fueron un día mis lirios predilectos".

-"Vedlo ahí, vomitando su fuego por las hojas.
¿Qué hacer para evitar a nuestras hijas la posesión y el arrebato,
la tiranía de este cuerpo invulnerable
a la vida y la muerte?"

Ya presa de su celo y su locura, la Vaca Racional
congrega a sus amantes y vecinos, y decide la suerte
de ese Enemigo que prefiere la posesión de la tierra
a dormir en la alcoba de sus vicios manchada:

-"Bello es el Árbol. Nunca he visto tan singular belleza
en el corte del aire. Tan divina Apostura.
Sin embargo, sus hojas no son originales, pues ellas me recuerdan
la alta filosofía
de los árboles griegos y alemanes.
El porte de sus pétalos tiene el color de los arbustos de Oriente.
Veo que por su savia discurre la corriente de los árboles clásicos,
de los árboles del Renacimiento,
veo en su esencia el bosque caballeresco y mágico;
en su médula veo la luz desesperada de los suicidas lengua afuera,
en su corteza el adjetivo arrugado por el fuego.

Como veis, yo tenía mis razones:
este Árbol no es un árbol. Es una suma de influencias
de soles y de lunas, como un día cualquiera,
y por lo tanto su raíz es una amarra en el vacío".

(1944)


De "Fábula moderna", en Antología de aire (Santiago, Fondo de Cultura Económica, 1991)

Solidaridad internacional con Sergio Ramírez



El escritor y ex-vicepresidente nicaragüense, Sergio Ramírez, continúa siendo blanco de la persecución que en su contra ha desatado el nuevo dictadorzuelo nicaragüense, Daniel Ortega.

El acoso va también en contra de su trabajo. El oficialista Instituto Nicaragüense de Cultura (INC) vetó un prólogo hecho por Ramírez que acompañaría un tiraje de 15 mil ejemplares del poemario Insurrección solitaria, del escritor nicaragüense Carlos Martínez Rivas, fallecido en 1998, que iba a aparecer en el diario español El País. La acción fue atribuida a un revanchismo político por parte del INC, que posee los derechos de autor de Martínez Rivas.

La solidaridad internacional con el escritor Sergio Ramírez, censurado por el gobierno sandinista, ya supera una lista de 300 literatos, entre ellos el poeta ruso Evgueni Evtuchenko y los premios Nobel de Literatura Gabriel García Márquez y José Saramago. El escritor chileno Ariel Dorfman anotó que “no sé qué es lo que me pasma más de este gobierno de Ortega, si su arrogancia anticultural o la estupidez y torpeza con que ejerce esta censura”.

Fragmento de poema de Carlos Martínez Rivas:




Memoria para el año viento inconstante


I

Sí. Ya sé.
Ya sé yo que lo que os gustaría es una Obra Maestra.
Pero no la tendréis.
De mí no la tendréis.

Aunque se vuelva, comentando, algún maestro
del humor entre vosotros: -Poco trabajo le costará cumplir...
Aunque sepa hasta qué extremo las amáis.

Sé cómo amáis la Música.
No la de los negros, por supuesto. Ni la guitarra
a lo rasgado, por tientos, esa
brisa seca de uñas y plata. Ni el endiablado
son de la Múcura que está en el suelo, o Rosa de Castilla
con su largo alarido al comienzo...

sino ¡BACH!
Últimamente sobre todo Juan-Sebastián Bach.

Yo os he visto alzar la tapa de la discoteca,
oyendo en vuestros sagrados depósitos
de música estancada cómo cae
el Concierto, y tirar de la cadena
purificados por el suceso musical puro.

¡Con qué libertad respiráis! casi voy a decir
que vivís como hombres por un momento. De tal modo
saboreáis el aire salado de la emancipación
al salir por la puerta, la puerta
giratoria y afelpada -que se traba- del Museo de Bellas Artes.

Y ya cerrarlo con doble llave.
Y haber cumplido con la tercera y última de las variaciones de las variantesde la Battaglia.
Irse sin dejar nada pendiente con la figura
que toca el pífano y el tambor en el Cristo de los Ultrajes de Grünewald.

En paz con el exigente Maestro de la Leyenda de Santa Ursula.

Gran día para vosotros.
Ese de la Obra Maestra.

Una antigua necesidad: el holocausto
del propio ser. El deseo
de imponeros algo perenne y tribunal.

Y otro. Más rabioso,
más trémulo: el deseo de tener un pasado.
Un pasado por fin que oponer al maldito presente.

Un pasado adornado con todas sus plumas.
Con su perspectiva de adecuada jerga,
con sus categorías históricas y su problematismo crítico-cultural
precisado en función de una radical revisión de...
Y la larga, accidentada, alucinante teoría de los géneros y los estilos.



Alejandro Coria










“Un país de oropel y opereta legislado por bufones”


Así lo dice Luis González de Alba en su columna de Milenio:

“Los legisladores buscan justificar su última tropelía: 252 mil pesos de “aguinaldo”… (menos mal que enarbolan la bandera del laicismo), y creen convencernos al autoalabarse de la más grotesca manera. Hundidos hasta el último lugar en la apreciación de los ciudadanos, peor calificados que nuestra pésima y corrupta policía, se dedican a bordar ocurrencias mientras combaten las reformas que podrían paliar la crisis que nos llega del mundo y nuestra legislación agrava. No pudieron diseñar una reforma que atraiga inversiones a energía, no quisieron bajar el IVA de 15 a 10 general. Pero se les fundieron los fusibles cerebrales para subir a la Constitución el “derecho a la cultura” y hacer obligatoria la educación media superior.

“En los tiempos del PRI, desde la izquierda hacíamos mofa de la creencia mágica según la cual una vez que la alimentación era declarada derecho inalienable, los legisladores priistas se iban tan orondos a celebrar que habían puesto el hambre fuera de la ley. Ocurre lo mismo ahora, en estos tiempos pluripartidistas, porque ¿sabe usted?, resulta que son los mismos: allí siguen Arturo Núñez, Ricardo Monreal y tantos que cambiaron de chaqueta, pero no de pensamiento.

“No consiguen legislar lo importante, pero en las trácalas para arrebatarse la piñata de nuestros impuestos nadie los iguala. Los principios del PRD son tan sólidos que, habiendo acusado al PT de invención salinista (el diablo mayor), no tuvieron empacho en aliarse con eso para obtener unos millones extra, aunque debieran perder senadores según hizo falta: prestaron a Rosario Ibarra y a una Josefina Cota al PT para cobrar los millones destinados a quien tiene al menos cinco curules… Cota regresa al PRD por exigencia de la nueva presidencia, pero ordena López Obrador a Ricardo Monreal cubrir el hueco, y ninguno se sonroja. Luego acusan de corrupto al PRI…

“El antisalinismo se les disolvió en cuanto vieron que podían acaparar unos millones más para el Frente que formaban con el PT si, contra toda voluntad de los electores, reetiquetaban PT a senadores elegidos como PRD. Ni siquiera es afán de poder, es de dinero. En eso resultaron peores que su padre el PRI, que a todos engendró.”

Martín Guerrero

¿Frente o frentazo?



Pior que el de Zidane a Materazzi, en el Mundial.


Un periodista iraquí lanzó sus zapatos a Bush, al tiempo que lo llamaba ¡perro!. Eso es considerado en tierras de las mil y una noches como uno de los peores insultos que se pueden dirigir a otra persona. Pero ya se sabe que Bush es la encarnación del mal (¿del mall?) y quizá por eso logró esquivar los chanclazos que incluían una dosis letal de tines bien sudados y llenos de hongos. Con un odio bien fapista, el preguntón profesional espetó lo de “chucho” al casi ex-preciso gringo, cosa que en verdad sí le caló, aunque dijera que los zapatines le hacen lo que el viento a Lincon.

Quien quedó como el chucho de las dos tortas fue el PSD de Díaz Cuervo. El GRAN FRENTE de las IZQUIERDAS que habían levantado con palitos y cola-loca Acosta Naranjo y él se convirtió en un tremendo frentazo y afrenta para los socialdemocratianos (liberales radicales chic), luego del rechazo de las tribus neandertales perrodianas. El PRD buscará alianzas con quienes dicen tener carnita, no tan fresca pero que ya conocen el camino (¿a cuánto el voto, digo el kilo?).

Como los socialdemócratas van a decir que al fin y al cabo ellos siempre quisieron ir solos pero que le estaban dando chance a los izquierdosos para mostrarles la ruta del saber (sin que se incorporaran a la Logia), pronto veremos oferta de candidaturas rosas a ciudadanos con prestigio y arrastre popular, así se trate otra vez de priyistas desplazados. ¿O aceptarán la oferta de doña Beatriz, quien los podría usar como botargas en los eventos tricolores?

Como quiera que sea, es seguro que esa mafia pequeñita llamará traidores, perjuros y malamadre a los Chuchos (¡una más!) por haberlos dejados como novia de pueblo, pero ya con encarguito. Patricia superMercado debe estar feliz porque les pintaron sus caracolitos a quienes convirtieron el PSD en un mercado sobre ruedas. La venganza es un platillo que debe servirse frío, carajo.


Martín Guerrero

Libres, los tres burros spring breaker

Se hizo justicia

Tomado de El Universal, 14 de diciembre de 2008:

ACAPULCO, Gro.— La capitanía de Puerto en Acapulco frustró un intento de captura y traslado de tres burros que desde hace tiempo se encuentran en el islote de La Roqueta y que habían sido denunciados “por agresión, escándalo y destrozos”.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del estado (Semaren) ordenó la detención de los animales luego de que recibió reportes de prestadores de servicios y turistas de que los jumentos, dos hembras y un macho, hacían destrozos en el área de playa y que en el verano pasado, uno de ellos pateó a un visitante.

Expertos de la Semaren, la Promotora de Playas y del jardín estatal de Zoochilpan localizaron a los animales y tras sujetarlos con sogas, se ordenó su traslado al zoológico de Chilpancingo. Cuando ya estaban listos dos catamaranes para llevarlos a la playa Caleta, donde los esperaba un transporte del Parque Zoochilpan, intervino en su defensa el personal de la Secretaría de Marina encargado de la vigilancia del islote de La Roqueta.

También intervino el responsable del funcionamiento del faro del islote, Benedicto Bravo, un trabajador de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), quien avaló la conducta laboral de los tres asnos y pidió que se los devolvieran, porque se encargan de transportar el diesel que utiliza la señal de luz para los navegantes.

Bravo pidió al titular de Semaren, Sabás de la Rosa Camacho, que se comunicara con la Capitanía de Puerto, cuyo titular, el capitán Antonio Pizá Vela, ordenó la liberación de los tres burros y canceló su traslado. “Los asnos son propiedad de la SCT”, consideró Benedicto Bravo, “quien se comprometió a construir un corral y a evitar que los asnos salieran a la playa en los horarios de la visita de turistas.”

Prestadores de servicios turísticos de La Roqueta admitieron que uno de los atractivos de la isla son los “burros borrachos”.


A. Chaz Carrillo

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La Condesa



Plaza de Toros de la Condesa.

Posteriormente aquí se construyó El Palacio de Hierro de la calle de Durango.


AGN, Colección Fotográfica de Propiedad Artística y Literaria, Charles B. Waite, Fiesta Brava, foto 87.

Corrupción

Desde luego, del genial Quino:


martes, 9 de diciembre de 2008

Eterno

De Giuseppe Ungaretti (1888-1970)


Eterno

Entre una flor que cortas y otra que das
la inexpresable nada
.

Mobiliario para Ebrard



Ahora que el carnal Marcelo ha declarado que el gobernante que no aspira a "la grande" es un pobre mediocre que no merece ni los excelentes buenos días de Miguel Angel Cornejo, ya se prepara el mobiliario que el hoy jefe de gobierno del defectuoso usará en poco tiempo.




La bicla la usará para darse sus vueltas por Los Pinoles y para hacer piruetas entre Reforma y Revolución.
La grande tendrá un sitio especial pero aún se estudian los modelos que se oficializarán, aunque casi todos se inclinan por una estilo republicano para la foto y un reposet imperial pa' la casita.




Martín Guerrero

Se hacen bolas



Con razón nadie llama a mi puerta, ni Avón.


Alma María

Aunque me peguen


Grandotas aunque me peguen, carajo.



El Warrior

Natassja Kinski

Imagen clásica que adornó las paredes de las habitaciones de adolescentes jariosos.


Martí Guerrero

Antiguo culto...


... en fechas nuevas.
Phallus Matsuri Kanamara
Alma María

Iconos musicales

El 8 de diciembre hermana a estos dos músicos, iconos de la cultura popular. Morrison, el rey lagarto, en su nacimiento; Lennon en su muerte.




Es un lugar común la aseveración de que el nombre del grupo de Morrison, The Doors, procede del poema de William Blake "Las bodas del cielo y del infierno".

Xavier Villaurrutia traduce estos versos de otra manera. Aunque naturalmente se refiere a un modo de acceso, a una entrada, no deja de ser curioso que la percepción tenga en él a las ventanas como vía de ingreso. Creo que el sustantivo "door", si bien se refiere a entrada, hace referencia sólo a la puerta en tanto acceso a determinado lugar. En ese mismo sentido lo usa Aldous Huxley en su ensayo que intitula como ese verso de Blake, "Las puestas de la percepción". La versión traducida al español que más se ha difundido reza así: "Si las puertas de la percepción fueran abiertas el hombre percibiría todas las cosas tal como son, infinitas".

La traducción de Villaurritua es: "Si las ventanas de la percepción estuviesen limpias, cada cosa parecería al hombre como es, infinita. Pero el hombre se ha recluido hasta no ver las cosas sino a través de las aberturas de su caverna."

Leamos poesía y continuemos escuchando a estos músicos irreverentes.

William Blake. El matrimonio del cielo y el infierno. (Traducción de Xavier Villaurrutia). Editora de Gobierno del Estado de Veracruz-LlaveColección, Clásicos Universales, 2002.
Ana Coretta