viernes, 5 de junio de 2009

Anularé mi voto

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En mis años de votante amateur, he votado totalmente a favor de un partido o de candidatos del mismo partido. También he votado diferenciado. No fui parte de la corriente del "voto útil" en el 2000; voté por quien sabía que no ganaría la presidencial (Gilberto Rincón Gallardo), y no sentí desperdiciado mi voto.

No me parece que la abstención sea el mejor de los caminos, pero respeto quien decida ejercer su derecho a votar, ¡no haciéndolo!, como una forma de protesta personal. Yo, por el contrario, sostengo la posibilidad de ejercer presión ciudadana a través de la anulación del voto, justamente para fortalecer la democracia.

No cambiará nada de manera inmediata, cierto. Y aunque no se trata de un movimiento, sino de personas y grupos manifestándose sin conocerce (y menos aún sin coordinarse), este razonamiento está creciendo. Según encuestas, hoy no somos ni el 10% de quienes asistiríamos a las urnas, pero los partidos y el IFE ya se muestras activos en contra de esta postura. ¿De dónde ese miedo, si somos tan pocos?

Lo más curioso es que partiditos como el que usa el eslogan de "Vota libre" (el PSD), hoy se manifiesten en contra de esta voluntad de ejercer el voto -o no- como a uno se le antoje, libremente y sin censuras.

¿Y después? Seguir ejerciendo presión para ampliar la participación ciudadana y la vida democrática, esa que no conocen los partidos en su interior.

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