jueves, 30 de abril de 2009
Racismo y terror
Hamburgueseros
Canonicemos a las putas
Allí están ellas, desafiando cotidianamente las enfermedades, la violencia, la indiferencia y la explotación. ¿Por qué habría de asustarlas un virus nuevo, la amenaza de muerte que ellas remontan cada día, cada noche?
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miércoles, 29 de abril de 2009
Lecturas de ocasión
Para ilustrar nuestro pesimismo, y fortalecer nuestros temores, recomiendo las siguientes lecturas en tanto transcurre la emergencia de salud por este virus (algunas obras se encuentra en la red):
Diario del año de la peste, de Daniel Defoe.
Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago.
La peste, de Albert Camus.
La muerte en Venecia, de Tomas Mann.
La máscara de la muerte roja, de Edgar Allan Poe, que transcribo aquí:
La "Muerte Roja" había devastado el país durante largo tiempo. Jamás una peste había sido tan fatal y tan espantosa. La sangre era encarnación y su sello: el rojo y el horror de la sangre. Comenzaba con agudos dolores, un vértigo repentino, y luego los poros sangraban y sobrevenía la muerte. Las manchas escarlata en el cuerpo y la cara de la víctima eran el bando de la peste, que la aislaba de toda ayuda y de toda simpatía, y la invasión, progreso y fin de la enfermedad se cumplían en media hora.
Pero el príncipe Próspero era feliz, intrépido y sagaz. Cuando sus dominios quedaron semidespoblados llamó a su lado a mil caballeros y damas de su corte, y se retiró con ellos al seguro encierro de una de sus abadías fortificadas. Era ésta de amplia y magnífica construcción y había sido creada por el excéntrico aunque majestuoso gusto del príncipe. Una sólida y altísima muralla la circundaba. Las puertas de la muralla eran de hierro. Una vez adentro, los cortesanos trajeron fraguas y pesados martillos y soldaron los cerrojos. Habían resuelto no dejar ninguna vía de ingreso o de salida a los súbitos impulsos de la desesperación o del frenesí. La abadía estaba ampliamente aprovisionada. Con precauciones semejantes, los cortesanos podían desafiar el contagio. Que el mundo exterior se las arreglara por su cuenta; entretanto era una locura afligirse. El príncipe había reunido todo lo necesario para los placeres. Había bufones, improvisadores, bailarines y músicos; había hermosura y vino. Todo eso y la seguridad estaban del lado de adentro. Afuera estaba la Muerte Roja.
Al cumplirse el quinto o sexto mes de su reclusión, y cuando la peste hacía los más terribles estragos, el príncipe Próspero ofreció a sus mil amigos un baile de máscaras de la más insólita magnificencia.
Aquella mascarada era un cuadro voluptuoso, pero permitan que antes les describa los salones donde se celebraba. Eran siete -una serie imperial de estancias-. En la mayoría de los palacios, la sucesión de salones forma una larga galería en línea recta, pues las dobles puertas se abren hasta adosarse a las paredes, permitiendo que la vista alcance la totalidad de la galería. Pero aquí se trataba de algo muy distinto, como cabía esperar del amor del príncipe por lo extraño. Las estancias se hallaban dispuestas con tal irregularidad que la visión no podía abarcar más de una a la vez. Cada veinte o treinta metros había un brusco recodo, y en cada uno nacía un nuevo efecto. A derecha e izquierda, en mitad de la pared, una alta y estrecha ventana gótica daba a un corredor cerrado que seguía el contorno de la serie de salones. Las ventanas tenían vitrales cuya coloración variaba con el tono dominante de la decoración del aposento. Si, por ejemplo, la cámara de la extremidad oriental tenía tapicerías azules, vívidamente azules eran sus ventanas. La segunda estancia ostentaba tapicerías y ornamentos purpúreos, y aquí los vitrales eran púrpura. La tercera era enteramente verde, y lo mismo los cristales. La cuarta había sido decorada e iluminada con tono naranja; la quinta, con blanco; la sexta, con violeta. El séptimo aposento aparecía completamente cubierto de colgaduras de terciopelo negro, que abarcaban el techo y la paredes, cayendo en pliegues sobre una alfombra del mismo material y tonalidad. Pero en esta cámara el color de las ventanas no correspondía a la decoración. Los cristales eran escarlata, tenían un color de sangre.
A pesar de la profusión de ornamentos de oro que aparecían aquí y allá o colgaban de los techos, en aquellas siete estancias no había lámparas ni candelabros. Las cámaras no estaban iluminadas con bujías o arañas. Pero en los corredores paralelos a la galería, y opuestos a cada ventana, se alzaban pesados trípodes que sostenían un ígneo brasero cuyos rayos se proyectaban a través de los cristales teñidos e iluminaban brillantemente cada estancia. Producían en esa forma multitud de resplandores tan vivos como fantásticos. Pero en la cámara del poniente, la cámara negra, el fuego que a través de los cristales de color de sangre se derramaba sobre las sombrías colgaduras, producía un efecto terriblemente siniestro, y daba una coloración tan extraña a los rostros de quienes penetraban en ella, que pocos eran lo bastante audaces para poner allí los pies. En este aposento, contra la pared del poniente, se apoyaba un gigantesco reloj de ébano. Su péndulo se balanceaba con un resonar sordo, pesado, monótono; y cuando el minutero había completado su circuito y la hora iba a sonar, de las entrañas de bronce del mecanismo nacía un tañido claro y resonante, lleno de música; mas su tono y su énfasis eran tales que, a cada hora, los músicos de la orquesta se veían obligados a interrumpir momentáneamente su ejecución para escuchar el sonido, y las parejas danzantes cesaban por fuerza sus evoluciones; durante un momento, en aquella alegre sociedad reinaba el desconcierto; y, mientras aún resonaban los tañidos del reloj, era posible observar que los más atolondrados palidecían y los de más edad y reflexión se pasaban la mano por la frente, como si se entregaran a una confusa meditación o a un ensueño. Pero apenas los ecos cesaban del todo, livianas risas nacían en la asamblea; los músicos se miraban entre sí, como sonriendo de su insensata nerviosidad, mientras se prometían en voz baja que el siguiente tañido del reloj no provocaría en ellos una emoción semejante. Mas, al cabo de sesenta y tres mil seiscientos segundos del Tiempo que huye, el reloj daba otra vez la hora, y otra vez nacían el desconcierto, el temblor y la meditación.
Pese a ello, la fiesta era alegre y magnífica. El príncipe tenía gustos singulares. Sus ojos se mostraban especialmente sensibles a los colores y sus efectos. Desdeñaba los caprichos de la mera moda. Sus planes eran audaces y ardientes, sus concepciones brillaban con bárbaro esplendor. Algunos podrían haber creído que estaba loco. Sus cortesanos sentían que no era así. Era necesario oírlo, verlo y tocarlo para tener la seguridad de que no lo estaba. El príncipe se había ocupado personalmente de gran parte de la decoración de las siete salas destinadas a la gran fiesta, su gusto había guiado la elección de los disfraces.
Grotescos eran éstos, a no dudarlo. Reinaba en ellos el brillo, el esplendor, lo picante y lo fantasmagórico. Veíanse figuras de arabesco, con siluetas y atuendos incongruentes, veíanse fantasías delirantes, como las que aman los locos. En verdad, en aquellas siete cámaras se movía, de un lado a otro, una multitud de sueños. Y aquellos sueños se contorsionaban en todas partes, cambiando de color al pasar por los aposentos, y haciendo que la extraña música de la orquesta pareciera el eco de sus pasos.
Mas otra vez tañe el reloj que se alza en el aposento de terciopelo. Por un momento todo queda inmóvil; todo es silencio, salvo la voz del reloj. Los sueños están helados, rígidos en sus posturas. Pero los ecos del tañido se pierden -apenas han durado un instante- y una risa ligera, a medias sofocada, flota tras ellos en su fuga. Otra vez crece la música, viven los sueños, contorsionándose al pasar por las ventanas, por las cuales irrumpen los rayos de los trípodes. Mas en la cámara que da al oeste ninguna máscara se aventura, pues la noche avanza y una luz más roja se filtra por los cristales de color de sangre; aterradora es la tiniebla de las colgaduras negras; y, para aquél cuyo pie se pose en la sombría alfombra, brota del reloj de ébano un ahogado resonar mucho más solemne que los que alcanzan a oír las máscaras entregadas a la lejana alegría de las otras estancias.
Congregábase densa multitud en estas últimas, donde afiebradamente latía el corazón de la vida. Continuaba la fiesta en su torbellino hasta el momento en que comenzaron a oírse los tañidos del reloj anunciando la medianoche. Calló entonces la música, como ya he dicho, y las evoluciones de los que bailaban se interrumpieron; y como antes, se produjo en todo una cesacion angustiosa. Mas esta vez el reloj debía tañer doce campanadas, y quizá por eso ocurrió que los pensamientos invadieron en mayor número las meditaciones de aquellos que reflexionaban entre la multitud entregada a la fiesta. Y quizá también por eso ocurrió que, antes de que los últimos ecos del carrillón se hubieran hundido en el silencio, muchos de los concurrentes tuvieron tiempo para advertir la presencia de una figura enmascarada que hasta entonces no había llamado la atención de nadie. Y, habiendo corrido en un susurro la noticia de aquella nueva presencia, alzóse al final un rumor que expresaba desaprobación, sorpresa y, finalmente, espanto, horror y repugnancia. En una asamblea de fantasmas como la que acabo de describir es de imaginar que una aparición ordinaria no hubiera provocado semejante conmoción. El desenfreno de aquella mascarada no tenía límites, pero la figura en cuestión lo ultrapasaba e iba incluso más allá de lo que el liberal criterio del príncipe toleraba. En el corazón de los más temerarios hay cuerdas que no pueden tocarse sin emoción. Aún el más relajado de los seres, para quien la vida y la muerte son igualmente un juego, sabe que hay cosas con las cuales no se puede jugar. Los concurrentes parecían sentir en lo más hondo que el traje y la apariencia del desconocido no revelaban ni ingenio ni decoro. Su figura, alta y flaca, estaba envuelta de la cabeza a los pies en una mortaja. La máscara que ocultaba el rostro se parecía de tal manera al semblante de un cadáver ya rígido, que el escrutinio más detallado se habría visto en dificultades para descubrir el engaño. Cierto, aquella frenética concurrencia podía tolerar, si no aprobar, semejante disfraz. Pero el enmascarado se había atrevido a asumir las apariencias de la Muerte Roja. Su mortaja estaba salpicada de sangre, y su amplia frente, así como el rostro, aparecían manchados por el horror escarlata.
Cuando los ojos del príncipe Próspero cayeron sobre la espectral imagen (que ahora, con un movimiento lento y solemne como para dar relieve a su papel, se paseaba entre los bailarines), convulsionóse en el primer momento con un estremecimiento de terror o de disgusto; pero inmediatamente su frente enrojeció de rabia.
-¿Quién se atreve -preguntó, con voz ronca, a los cortesanos que lo rodeaban-, quién se atreve a insultarnos con esta burla blasfematoria? ¡Apodérense de él y desenmascárenlo, para que sepamos a quién vamos a ahorcar al alba en las almenas!
Al pronunciar estas palabras, el príncipe Próspero se hallaba en el aposento del este, el aposento azul. Sus acentos resonaron alta y claramente en las siete estancias, pues el príncipe era hombre temerario y robusto, y la música acababa de cesar a una señal de su mano.
Con un grupo de pálidos cortesanos a su lado hallábase el príncipe en el aposento azul. Apenas hubo hablado, los presentes hicieron un movimiento en dirección al intruso, quien, en ese instante, se hallaba a su alcance y se acercaba al príncipe con paso sereno y cuidadoso. Mas la indecible aprensión que la insana apariencia de enmascarado había producido en los cortesanos impidió que nadie alzara la mano para detenerlo; y así, sin impedimentos, pasó éste a un metro del príncipe, y, mientras la vasta concurrencia retrocedía en un solo impulso hasta pegarse a las paredes, siguió andando ininterrumpidamente pero con el mismo y solemne paso que desde el principio lo había distinguido. Y de la cámara azul pasó la púrpura, de la púrpura a la verde, de la verde a la anaranjada, desde ésta a la blanca y de allí, a la violeta antes de que nadie se hubiera decidido a detenerlo. Mas entonces el príncipe Próspero, enloquecido por la ira y la vergüenza de su momentánea cobardía, se lanzó a la carrera a través de los seis aposentos, sin que nadie lo siguiera por el mortal terror que a todos paralizaba. Puñal en mano, acercóse impetuosamente hasta llegar a tres o cuatro pasos de la figura, que seguía alejándose, cuando ésta, al alcanzar el extremo del aposento de terciopelo, se volvió de golpe y enfrentó a su perseguidor. Oyóse un agudo grito, mientras el puñal caía resplandeciente sobre la negra alfombra, y el príncipe Próspero se desplomaba muerto. Poseídos por el terrible coraje de la desesperación, numerosas máscaras se lanzaron al aposento negro; pero, al apoderarse del desconocido, cuya alta figura permanecía erecta e inmóvil a la sombra del reloj de ébano, retrocedieron con inexpresable horror al descubrir que el sudario y la máscara cadavérica que con tanta rudeza habían aferrado no contenían ninguna figura tangible.
Y entonces reconocieron la presencia de la Muerte Roja. Había venido como un ladrón en la noche. Y uno por uno cayeron los convidados en las salas de orgía manchadas de sangre y cada uno murió en la desesperada actitud de su caida. Y la vida del reloj de ébano se apagó con la del último de aquellos alegres seres. Y las llamas de los trípodes expiraron. Y las tinieblas, y la corrupción, y la Muerte Roja lo dominaron todo. FIN
Películas sobre emergencias sanitarias hay demasiadas.
Hagamos caso omiso a los rumores.
Martín Guerrero
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Chistositos y chistecitos
¿Qué otra cosa nos queda sino el humor? Sin humor, aunque sea negro, no podríamos sortear estas situaciones difíciles.
Aunque a veces el humor presente pueda ser muy soso, cebo o mamón, suele ser útil para estimular mejores productos.
Los que sigue lo retomo de El Universal, y no respondo por la calidad de las gracejadas; es decir, sólo respondo por las mías.
Luego del temblor en Guerrero y el DF:
¿Qué le dijo México a la influenza?
-Mira como tiemblo...
La influenza nos ha hecho olvidar el virus del "debola", debola luz, debola tarjeta de crédito, debola agua.
Ya salió M Force contra la Influenza... no es para el que no puede vivir, sino para el que quiere vivir más.
Se acabó la tragedía. El Doctor Chapatín brindará consultas médicas a todos los afectados por la influenza. ¡Ha llegado el salvador!
¿En que se parece la influenza porcina a una iglesia recién construida ?
¡En que aun no tienen cura!
En una gripe normal estornudamos así: "Achú" Pero como ésta es porcina, estornudamos así: "achoink".
-Mamá, mamá... ¿Por qué los niños como yo no tienen otros amiguitos con quien jugar?
- Ya te lo dije mi’jo, porque tienes influenza. (¡doing!)
Entra Pepito a su casa y su mamá le dice:
“Pero Pepito, qué hacías en la calle, si tienes influenza… “
“Pepito contesta: teniendo sexo con Juanita.”
“Pero Pepito, ¿qué no sabes que no puedes besar a otra persona porque la puedes contagiar?”
“No te apures mami; te aseguro que la boca es lo único que no me besó.”
El Warrior
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Devoción
martes, 28 de abril de 2009
Nuevas realidades
Alejandro San Martín
Diputado juguetón
Nuestro buen cuate El Chale, nos envía la siguiente nota del diario digital infonorte.net. Como dice un agudo comentario en el mismo diario, se creía que el diputeibol del Verde sólo era travesti de la política. Así se las gastan nuestro felices diputones.
Sesión legislativa con cubre bocas y a puerta cerrada
28-04-2009
Por Mauricio Zapata y Roberto Aguilar
Fotos Roberto "El Pit" Martínez
Ciudad Victoria.- De los más de 200 mil cubrebocas que han repartido las autoridades contra el virus de la influenza, dos de ellos fueron utilizados de manera incorrecta por el legislador del Partido Verde Ecologista, Raúl Bocanegra Alonso, quien bromeando se los colocó a manera de sostén.
Esto ocurrió durante la sesión ordinaria de este martes, la cual también tuvo la característica de haberse realizado a puerta cerrada, como una medida sanitaria y de prevención.
Algunos de los legisladores, como la panista Leonor Sarre optaron por utilizar el cubrebocas [...] Pero quien de plano se equivocó fue el diputado del Partido Verde, Raúl Bocanegra Alonso, quien bromeó con otros legisladores y se colocó dos cubrebocas a la altura del pecho, como si se trataran de un sostén, lo que sorprendió a muchos y causó la risa de otros.
El Chale
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lunes, 27 de abril de 2009
Cumplidores
Los gobiernos federal, estatales y municipales podrán hacer caso omiso de las señales previas a diversas emergencias, hacerse bolas entre declaraciones y acciones preventivas, tener a la población más vulnerable desempleada y muerta de hambre, ocuparse de las guerritas y guerrotas contra el narco mientras otros crímenes viven un auge y otras zonas del país se desmoronan, ponernos una espotiza machacona y abúlica a cargo del IFE, dejarnos sin agua potable cuando quieren, y aplicarnos por la epidemia de influenza una especie de toque de queda sin hora de inicio, pero lo cierto es que nunca de los nuncas y jamás de los jamáses dejarán de cumplir los pagos por los préstamos contraídos. En eso sí somos muy machos (donde debiéramos ser cumplidores el viagra ya nos nos ayuda), y nos aguantamos porque los machos no lloran, y menos ante las epidemias, que ésas no duelen. Ajúa.
El secretario Cártens da el ejemplo.
Alejandro San Martín
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miércoles, 22 de abril de 2009
El Bobo de Coria
"Ese enorme filósofo que es el 'Bobo de Coria'
nada dice ni comprende nada: pero justamente
por eso de no comprender nada, se ríe de todo".
Miguel de Unamuno
La palabra bobo, hoy en desuso, me provoca ternura. Evoco con nostalgia a dos personas que me la expresaron porque lo hicieron con cariño, sin ánimo de insultar. Las “malas palabras”, empleadas con la intención de agraviar a otro, van perdiendo su eficacia con el tiempo y su aceptación social en el habla cotidiana, como nuestro “güey”.
Pero me desvío. Hace pocos días hallé –con enorme regocijo- la referencia a este personaje de la literatura e historia española, en una visita a la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Coria es un pueblo industrial y comercial de la provincia de Cáceres, en España. A menudo cuento a quien me soporte que mis antepasados provienen de Coria, específicamente de Bernardino de Coria, un aventurero que viajaba en las naves de Cortés y que Bernal Díaz del Castillo menciona en su “Historia general…”. Este tal Coria (naturalmente oriundo de ese pueblo) se alió con varios sujetos que pretendían tomar preso a Cortés y entregarlo a Diego de Velázquez; sin embargo, reculó y denunció a sus cómplices, quienes fueron pasados a cuchillo. El tal Bernardino, parece, murió de viejo en tierras mexicanas.
En realidad, lo único que tengo de español (excluyo la lengua, omito la cultura) son algunos libros y quizá unos cuantos genes en vías de extinción. Mi herencia indígena nahua, matlaltzinca y otomí es bastante fuerte: lo demuestra el genotipo y el fenotipo familiar (tengo acentuados rasgos indígenas, pues; y enfermedades comunes). Rascando un poco el antecedente familiar, lo más probable es que mis antepasados recientes, indígenas del valle de Toluca, hayan tomado el apellido de sus patrones, dado que eran peones acasillados en tiempos de la revolución, y sus descendientes fueron posesionarios de algunas tierras ejidales en la zona de Calixtlahuaca (mi abuela materna) y de San Mateo Atenco (mi abuelo paterno), en el Estado de México. Mis abuelos maternos, a quienes nunca conocí, eran campesinos mestizos de los altos de Jalisco, al parecer desplazados por la Guerra Cristera.
¡Con qué facilidad incurro hoy en digresiones! Decía que una de las festividades afamadas que se realizan en Coria son las Fiestas de San Juan, del 23 al 29 de junio de cada año. Se celebran corridas de toros en con una característica brutal, según leo: “Los ‘toros de Coria’ son conocidos también como ´toros acerico’ (en alusión a los ‘acericos’ o ‘almohadillas’ en los que los sastres clavan sus alfileres). Este nombre les viene de la violenta y cruel costumbre de los participantes en estos espectáculos de lanzar dardos a los toros, mediante el uso de soplillos o cerbatanas. Los dardos punzantes, adornados con una terminación en papel, se quedan clavados en la piel del animal”. Cuando el toro cae, le dan un tiro y le cortan los testículos, como premio al más osado (parecer ser que años ha, se los cortaban cuando el animal aún se encontraba agonizante).
El “Bobo de Coria”, pues, era oriundo de ese pueblo. Una versión afirma de que llamaba Juan Calabazas o Juan Calabacillas; otra, que su nombre real era Juan Martín Martín; en todo caso, era conocido popularmente con el mote de el “Bobo de Coria” o como el “Bufón Calabacillas”. Se supone que los miembros de la Corte se referían a él en público como Don Juan Calabazas, en honor al rango que se le había conferido por sobre los demás bufones y otra servidumbre en el palacio real.
El “Bobo de Coria” era un discapacitado mental y físico, (un “cretino”, como se le denominaba en aquellos tiempos), pero tan simpático y atinado que formó parte del séquito del “Duque de Alba, que por su título de Marqués de Coria, era señor de aquella población. Y tanto agradó a Felipe IV, que tuvo que cedérselo el Duque y entró a formar parte de la Casa Real y de la servidumbre. […] Hasta el año 1632 estuvo al servicio del infante Don Fernando, hermano del rey.”
“Es el único bufón, Juan Calabazas, a quien Velázquez le hace dos retratos y los dos aislados. Entre ambas representaciones median más de 20 años.Uno de los lienzos se encuentra en Madrid (Museo del Prado) y el otro en Edimburgo (Inglaterra) en la colección Sir Francis Cook.”
“En la Catedral (¿Madrid?), sobre la puerta del Poniente, está su estatua decorativa en granito, colocada sobre una pilastra de la balaustrada y que el mismo pueblo de Coria llamó y sigue llamando ‘El bobo’.”
Bobo soy, bobo seré. Me embobo con historias como estas.
Imagen: El bufón Calabacillas. 1637 – 1639. Lienzo. 1,06 x 0,83. Museo del Prado, Madrid.
Fuente: www.coria.org.
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viernes, 17 de abril de 2009
Futbolistas contra las mujeres
Transcribo esta nota por su contenido y buen tratamiento. Pero más me impresionaron algunos comentarios de lectores que -quiero creerlo- quizá entendieron mal el artículo.
Lydia Cacho Futbolistas contra las mujeres
Plan B
El Universal, 16 de abril de 2009
En Chiapas, tres jóvenes mujeres denunciaron a jugadores de los Jaguares por violencia doméstica y sexual, amenazas y golpes; a todas el Ministerio Público las disuadió de seguir con el procedimiento legal, dado que es el propio gobernador el patriarca del equipo, lo cual impediría que la demanda procediera y las pondría en peligro por represalias.
Hace unos días el preparador físico del Atlante, Román Barrón Bermúdez, golpeó por enésima vez a su novia, pero en esta ocasión lo hizo en la calle frente a transeúntes, estrelló la cara de su pareja contra el parabrisas y ella terminó hospitalizada. La demanda penal está en proceso; sin embargo, Barrón se ha dedicado a amenazar a la familia de su ex novia, al padrastro de ella incluso le aseguró que es intocable. Barrón asegura que ni el gobernador Félix González Canto ni El Güero Burillo, ambos propietarios del reluciente equipo, permitirían que la demanda llegue ante un juez. Los jugadores son héroes locales en Quintana Roo, y su preparador asevera que este estatus se extiende a su persona.
Otros dos jugadores del Atlante están bajo investigación por solicitar, a un tratante de mujeres en Cancún vinculado con delincuencia organizada, prostitutas menores de edad para sus fiestas privadas. El ambiente futbolístico tiene gran similitud con la farándula; no importa si los actores son éticos o poco inteligentes, el hecho de que ganen cuantiosas sumas de dinero, de que estén protegidos por la fama y por quienes se enriquecen gracias a su actuación parece dar a los misóginos y violentos licencia para cometer delitos y mantenerse en la impunidad. Un joven jugador me asegura que rebelarse contra el machismo puede aislarlos e incluso dañar su carrera. La pregunta es qué opinan la sociedad y sus admiradores de los futbolistas violentos.
Alejandro San Martín
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jueves, 16 de abril de 2009
La postura de Calderón
miércoles, 15 de abril de 2009
Ponderar la amistad
Introduzco esta nota -tal como lo dice el título- con el único propósito de alabar el acto amistoso, pleno de generosidad, que ocurre entre personas cuyo trato puede ser muy cercano o bien distante, pero que con un detalle nimio o enorme (eso lo califica el beneficiado) muestran su lado amistoso -es decir, amoroso- dando de sí, dándose a sí mismos al dar algo al otro.
Ese desprendimiento no priva de nada al que da, más bien le aumenta, le otorga más humanidad o amor o lo que sea al dar, y en ese acto cotidiano pero siempre extraordinario nos reconocemos o no, nos miramos reflejados o vemos nuestra ausencia (omisión, por cierto, siempre reparable).
La cursilería anterior es porque deseo expresar públicamente mi reconocimiento a los amigos: gracias a todo ellos he podido resolver muchos problemas, como este de mi compu, una pequeñez comparada con otro tipo de problemas pero en sí misma capaz de ponerme a temblar. Además de la ayuda técnica, he recibido muestras de solidaridad, consejos, silencios cómplices o comentarios oportunos; otros, en otras circunstancias, me han apoyado de modos diversos; me han obsequiado códices, revistas, sonrisas, comidas y bebidas, compañía, burlas o su inteligencia vertida en obras varias. Todo ello lo aprecio, aunque no siempre haya sido capaz de corresponder de modo semejante.
Simplemente gracias. Más palabras sobran ahora.
Alejandro
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domingo, 12 de abril de 2009
Mi viacrucis
Mi amada maquinita HP sufrió un infarto el martes. Se encuentra en coma: no he podido echarla a andar. Incluso traté de formatear el disco duro, pero no pude acceder al sistema. A la fecha he desistido y estoy en búsqueda de un especialista que la revise y me dé un diagnóstico. Espero lo peor. Tontamente no hice respaldos de la información. Estoy desolado.
Maldita tecnología del carajo: me di cuenta que estoy absolutamente atado a ella.
Alejandro
miércoles, 8 de abril de 2009
Con o sin gracia
Las guerritas sucias del agua
Como era de esperarse, los representantes de los gobiernos local (PRD) y federal (PAN) se enfrascaron en sendas como tontas discusiones acerca de quién era el culpable de la disminución del volumen de agua potable a la ciudad de México y municipios mexiquenses conurbados.
Ambos han exigido que no se politice el asunto y ambos lo han partidizado. Es probable que más adelante promuevan movilizaciones, cada uno en contra de la Conagua o el GDF, respectivamente, con la intención de ganar los reflectores en la carrera hacia las elecciones de julio.
Los ciudadanos somos el jamón en esta torta descompuesta. Sufrimos la ausencia de servicios adecuados, en tanto unos y otros representantes nos ofrecen hasta las perlas de la Virgen; eso, mientras duren las campañas. ¿Continuaremos asistiendo en calidad de invitados de piedra a las peleas de nuestros políticos mientras padecemos su tozuda estulticia? No sería mejor, como ciudadanos comprometidos y cívamente educados, mandarlos a la chingada? ¿No sería mejor ir a votar pero anular el voto como un acto de protesta? Yo quiero agua potable, y sé que debo pagarla; no quiero guerras de saliva ni pleitos sin chingadazos. Me niego a ser la carne de cañón de estos vividores de la política profesional.
Alejandro San Martín
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Fujimori
Alberto Fujimori, expresidente de Perú, fue condenado a 25 años de prisión acusado de ser "responsable de crímenes de Estado y crímenes contra la humanidad". Organizaciones ciudadans calificaron esta resolución como “un precedente histórico en la lucha contra la impunidad y la defensa de los derechos humanos”.
¿Será que debemos traernos a los jueces peruanos para procesar aquí a Luis Echeverría, o mejor lo mandamos allá?
A. Chaz Carrillo
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lunes, 6 de abril de 2009
Cabrera
Sarandy "Pancho" Cabrera. Uruguayo. Muerto hace unos cuatro años. Justo lo descubro ayer navegando por cervantesvirtual.com.
Más de una vez se entusiasmó el esteta
mirando a una mujer esplendorosa
y se extasió morboso en sola cosa
de ser, ojo, boca, pierna o teta.
Hoy la ocasión llegó para el poeta
de ver un culo en flor como una rosa,
obra inmensa de Dios, la más piadosa,
quizás lo más perfecto del planeta.
¡Qué vida, qué armonioso movimiento,
cuánta gracia en volumen y hendimiento
que uno siente el impulso de comerlo!
Mas describirlo en verso es imposible
ni acaso en foto, un culo indescriptible
¡uno de aquellos culos que hay que verlos!
¿Por qué son mis sonetos licenciosos
si hablan de cosas que hace todo el mundo?
¿Por qué dar por el culo es juego inmundo
coñolinguo y felacio escandalosos?
Me cargan los catones pudorosos
y su canon moral por infecundo.
Es el amor completo el más profundo
impulso y sus placeres, deliciosos.
Me cago en los que invocan a la estética
en los judeo-cristianos y en su ética
pues de aquella detrás esta subyace.
No acepto culpas, culpo la bajeza
del que hipócrita, niega lo que hace
y censura al que alegre lo confiesa.
domingo, 5 de abril de 2009
Nuevos juegos
Martín Guerrero
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viernes, 3 de abril de 2009
El indemnizado
jueves, 2 de abril de 2009
Lo que dijo Yoani
Tomado de su bitácora:
Escrito por: Yoani Sanchez en Generación Y
Sin la declaración hecha por el Comité Organizador de la Décima Bienal de La Habana sobre lo ocurrido el domingo en el centro Wifredo Lam, el performance de Tania Bruguera no hubiera estado completo. Al minuto de libertad frente al micrófono le correspondía el necesario castigo. Ausente de reprimenda, la acción plástica hubiera parecido una señal de que la intolerancia ha cedido, de que es posible subir al podio y expresarse sin miedos. De ahí que deba agradecer a los que redactaron la secuencia de injurias publicada en La Jiribilla. Sin ella, todo habría quedado en el plano de lo permitido, habría sido visto como algo fabricado para dar una apariencia de apertura.
Con esos cinco párrafos cerraron –de la mejor manera posible– el performance. Nos recordaron, a los atrevidos que hicimos uso del breve tiempo de libertad, que la penalización y la reprimenda siguen siendo aquí la respuesta ante la libre opinión. El Comité Organizador ha confirmado, en su texto cargado de insultos, el por qué tantos gritos de libertad salieron desde esa tribuna. Con sus acusaciones han dejado al descubierto la razón por la que muchos no se atrevieron –esa noche– a tomar los micrófonos.
* Les anuncio que estamos trabajando en el video completo de lo ocurrido, al que le pondremos subtítulos por las deficiencias del audio. Lo publicaré en cuanto esté listo.
* Les dejo aquí el texto que leí aquella noche.
Si me dieran el micrófono… diría
Cuba es un país rodeado de mar y es también un Isla cercada por la censura. Al muro del control informativo, Internet y especialmente los blogs le han abierto algunas grietas. El fenómeno de la blogósfera alternativa ha ido creciendo y ya es conocido por una buena parte de la población cubana. Somos todavía unos pocos bloggers, pero nuestros sitios acentúan el despertar de la opinión ciudadana.
Las autoridades consideran a las nuevas tecnologías como un “potro salvaje” que hay que domesticar; pero los bloggers independientes queremos que corra libremente. Las dificultades para difundir nuestros sitios son muchas. De mano en mano y gracias a las memorias flash, los Cds y los obsoletos disquetes, el contenido de los blogs recorre la Isla.
Internet se está convirtiendo en una plaza pública de discusión, donde los cubanos escribimos nuestros criterios. La isla real ha comenzado a ser una isla virtual, más democrática y plural.
Lamentablemente, esos aires de libre opinión que recorren la red, apenas si han soplado sobre nuestra vigilada realidad. No sigamos esperando que nos autoricen a entrar a Internet, a tener un blog o a escribir una opinión. Ya es hora de saltarnos el muro del control.
Alejandro Coria
*
Generación Y
Sin pedir autorización a la autora, reproduzco una entrada reciente de Yoani Sánchez quien, desde Cuba, sostiene de manera por demás valiente una de las bitacoras más leídas: Generación Y.
30 de marzo del 2009
Escrito por: Yoani Sanchez en Generación Y
Noche perdurable la de ayer en el Centro Wilfredo Lam, gracias al performance de la artista Tania Bruguera. Un podio con micrófonos, delante de un inmenso telón rojo, formaba parte de la instalación interactiva que se ubicaba en el patio central. Todo aquel que quisiera podía hacer uso del estrado para decir –en solo un minuto- la arenga que se le antojara.
Como los micrófonos no abundan, es más, no me empataba con ninguno desde mis tiempos de pionerita recitadora de versos patrióticos, aproveché la ocasión. Avisada a tiempo por amigos enterados, fui preparada con un texto sobre la libertad de expresión, la censura, los blogs y esa herramienta escurridiza que es Internet. Frente a los lentes de la televisión nacional y protegidos por los invitados extranjeros a la X Bienal de La Habana, se sucedieron gritos de “libertad”, “democracia” y hasta abiertos retos a las autoridades cubanas. Recuerdo un muchacho de veinte años que confesó que nunca se había sentido más libre.
Tania nos dio los micrófonos, a nosotros que nunca hemos podido decir un discurso propio, sino que hemos tenido que soportar bajo el sol las peroratas de los otros. Era una acción artística, pero no había juego en las declaraciones que hicimos. Todos estábamos muy serios. Una paloma reposaba en nuestros hombro, probablemente igual de entrenada que aquella otra de hace cincuenta años. Sin embargo, ninguno de los que hablamos nos creímos elegidos, ninguno quería quedarse -por cinco décadas- gritando a través de los micrófonos.
* El video –muy aficionado- que hice ayer. [Ve a la página para ver el video]: http://desdecuba.com/generaciony/
Yoani y otras muchas personas forman parte de un solo movimiento: el de quienes exigen libertad de crítca, supresión de los controles gubernamentales, respirar aires libertarios. No, no están planteando derrocar al gobierno cubano; no van por allí.
Las autoridades cubana reaccionaron. Leo en la prensa mexicana (El Universal) lo siguiente:
Jueves 02 de abril de 2009 LA HABANA (Reuters).—
Autoridades cubanas acusaron a la blogger Yoani Sánchez y a otras personas de hacer una “provocación contra la revolución”, por hablar de censura y control informativo en la isla en una representación artística durante la décima Bienal de La Habana.
Sánchez tomó el micrófono en un evento de la artista cubana Tania Bruguera para leer un texto en el que decía que internet estaba abriendo “grietas” en la censura y el control informativo de Cuba. “Varias personas ajenas a la cultura, encabezadas por una ‘disidente’ profesional, (...) aprovecharon un performance (...) para realizar una provocación contra la Revolución Cubana”, dijeron los organizadores de la Bienal en un comunicado divulgado en la página oficial lajiribilla.cu.
Una manera de mostrar nuestra solidaridad es visitando cotidianamente el blog de Yoani y siguiendo los enlaces que ella misma ha puesto en su página.
Saludos desde la revista del carajo.
Alejandro Coria
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miércoles, 1 de abril de 2009
El tamaño sí importa
Luego de varias horas de mostrarse los colmillos y enseñarse el filo de sus uñas, Beatriz (PRI) se levantó de pronto y lanzó esa terrible acusación, que dejó inermes y apazguatados a Jesús (PRD) y a Germán (PAN).
Ya luego nos enteramos que ella se refería a la democracia y la inteligencia en aquellos partidos.
García+
*La flor más bella del quejido
Todo parece indicar que Beatriz Paredes ganó la pasarela ante los jóvenes en el Espacio 2009 de Televisa. Y es que luego del feroz entre de dimes y diretes entre los representantes partidistas, la abulia fue tal que los chavalos terminaron aplaudiendo los berridos de Bety acompañada al son de la marimba. El salón se llenó de pronto de curiosos que se detenían para saber qué le estaban haciendo a esa pobre mujer, pero se vació más rápido ante el amago de que continuarían con su debate estilo "yo no fui, fue Teté".
A. Chaz Carrillo
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