jueves, 30 de abril de 2009

Hamburgueseros

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Con el cierre obligado de restaurantes y bares en la ciudad de los chilangos, y luego de enterarme que los mexicanos estamos más apestados que Bush y el financiero estafador Bernard L. Madoff, hasta ahora me percato que Burguer King debe ser una de las empresas más felices con su decisión de suspender la publicidad de la Texican-Whopper, promoción que estuvo a un tris de provocar entre los mexicanos de apariencia anglosajona y con complejo de gigantes en potencia, una declaración de guerra verbal y legal contra la trasnacional hamburguesera.

De haber prosperado esa campaña publicitaria, hoy no habría quien se acercara a pedir un producto que les recordara a los mexicanos, no se fueran a contagiar con sólo olerlas. De ese tamaño es el miedo a la influenza generado en el mundo.
García+
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