miércoles, 8 de abril de 2009

Las guerritas sucias del agua

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Como era de esperarse, los representantes de los gobiernos local (PRD) y federal (PAN) se enfrascaron en sendas como tontas discusiones acerca de quién era el culpable de la disminución del volumen de agua potable a la ciudad de México y municipios mexiquenses conurbados.

Ambos han exigido que no se politice el asunto y ambos lo han partidizado. Es probable que más adelante promuevan movilizaciones, cada uno en contra de la Conagua o el GDF, respectivamente, con la intención de ganar los reflectores en la carrera hacia las elecciones de julio.

Los ciudadanos somos el jamón en esta torta descompuesta. Sufrimos la ausencia de servicios adecuados, en tanto unos y otros representantes nos ofrecen hasta las perlas de la Virgen; eso, mientras duren las campañas. ¿Continuaremos asistiendo en calidad de invitados de piedra a las peleas de nuestros políticos mientras padecemos su tozuda estulticia? No sería mejor, como ciudadanos comprometidos y cívamente educados, mandarlos a la chingada? ¿No sería mejor ir a votar pero anular el voto como un acto de protesta? Yo quiero agua potable, y sé que debo pagarla; no quiero guerras de saliva ni pleitos sin chingadazos. Me niego a ser la carne de cañón de estos vividores de la política profesional.


Alejandro San Martín
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