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Los templos podrán estar cerrados, pero la devoción no merma un ápice.
Sin embargo, lo recomendable es no acudir a sitios donde se reúnan grupos numerosos de personas.
Ayer pasé frente al Templo de San Hipólito, sede del culto a San Judas Tadeo, y vi a mucha gente que acudió a pesar de que se había anunciado que se suspendían los servicios religiosos.
No está de más seguir la conseja bíblica: "Ayúdate, que Dios te ayudará".
Anna Coretta
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