martes, 12 de mayo de 2009

Ahumada es el diablo

*
Ahumada es el mismísimo chamuco o su entenado, dicen los que saben.

Lo cierto es que las malas mañas que adquirió desde chiquillo (¡y sin haber pasado por partido político alguno!, lo cual lo vuelve más admirable), y que luego refinó hasta profesionalizarlas (¡sin cursar estudios en ninguna cárcel!), sirvieron para seducir a mujeres y hombres, convencerlos de tomar dineros ajenos, inducirlos a cometer actos deshonestos o terriblemente corruptos, convertirlos en mentirosos y delatores, transformarlos de ángeles prístinos en súcubos e íncubos de otros poderes infernales. Incluso el enviado del mal, aquél de la calva y las grandes orejas, debe sentirse perturbado ante las acciones de este Atila autóctono que donde pone el billete no vuelve a crecer nada honesto.

La cohorte de ángeles y serafines de los partidos políticos fue inoculada por el maligno virus de este sujeto. Ya todos callan, sabedores que la mierda les cayó encima por igual; el que se mueva más, se hundirá sin remedio en ese estercolero.

Para probar que se trata de un asunto más allá de lo terrenal, ofrecemos sendas fotos donde se ve al malvado en el acto de seducción de la virgen Rosario, la primera, y otra en donde podemos ver a gobernantes y representantes de los partidos políticos que fueron víctimas del influjo magnético de este nieto bastardo de Rasputín. ("Ya luego me di cuenta que había sido hipnotizado", denunció uno de los afectados).

Mexicanos, absolvamos a las élites políticas de cualquier pecado cometido. No sabían lo que hacían.



Anna Coretta
*

No hay comentarios: