viernes, 8 de mayo de 2009

La batalla de Guanajuato

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Puede parecer poca cosa, un asunto legislativo más en los que hay opiniones a favor y en contra. Sin embargo, las decisiones que tomen los diputados locales van a impactar el futuro inmediato y lejando de las mujeres, pero también de los hombres en este país. Me refiero a los cambios que se están llevando a cabo en los Congresos estatales para "blindar" las legislaciones en contra de eventuales reformas que permitar a una mujer abortar cuando así lo decida, y que los gobiernos deban atender una petición de esa naturaleza en los sistemas estatales de salud.

Martha Lamas lo refiere de mejor manera: "A partir de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la despenalización del aborto en el DF, en agosto del 2008, 10 estados han avanzado en lo que pretende ser un blindaje ante esa medida: reformar la Constitución estatal protegiendo al óvulo fecundado. El primer estado fue Sonora, el 21 de octubre del 2008, con un gobierno del PRI. El segundo fue Morelos, el 11 de noviembre, gobernado por el PAN, pero la propuesta fue presentada por una diputada priísta y una panista. El tercero fue Baja California, el 14 de diciembre del 2008, con gobierno panista, donde en votación secreta, se aprobó con el apoyo de la fracción priísta. El cuarto fue Colima, con gobierno priísta, el 17 de febrero de este año. En Puebla, con gobierno priísta, se aprobó el 12 de marzo; en Jalisco, gobernado por el PAN, el 26 de ese mismo mes. Y en este mes se sumaron cuatro estados más, todos con gobiernos del PRI: Durango, el 7 de abril; Nayarit, el 17 de abril; Quintana Roo, el 21 de abril y Campeche, el 23 de abril. Además, existen iniciativas similares en Aguascalientes, estado de México, Oaxaca, Querétaro, San Luis Potosí y Veracruz." *

En Michoacán, la iniciativa está ya en comisiones. Hoy se votaría en Guanajuato, que al parecer sólo requiere de dos votos más a favor para ser aprobada. Es este mismo estado, desde el año 2000, existen 130 casos de mujeres procesadas legalmente por interrumpir sus embarazos, y que fueron denunciadas por los mismos médicos a los que ellas acudieron en busca de atención. Hace días se difundió el caso de una joven violada a quien se le ha estado presionando para que no aborte, a pesar de que ese caso (violación) sí esta contemplado en las leyes locales. Además, la madre ha denunciado que el violador se pasea inpunemente frente al domicilio de ambas. No encuentran justicia.

De manera tramposa, la iniciativa de reforma constitucional que se ha promovido en los congresos estatales usa el argumento de "proteger la vida desde su concepción", aunque en los hechos constituye una restricción más los derechos de las mujeres. Las dos principales fuerzas políticas del país -PAN y PRI- han estado detrás de tales iniciativas. La sorpresa no la ha dado el PAN, conocido por su conservadurismo, sino el PRI, quien parece traicionar sus principios o haber sido dominado por sus sectores más retrógrados. ¿Es así?

Vuelvo a Martha Lamas: "También el PRI planteó las primeras propuestas de despenalización en el DF (tanto en 2003 como en 2006), y votó las reformas. ¿Qué pasó, por qué ahora se suma a esta iniciativa e incluso la encabeza en algunos estados? Los motivos del priísmo son muy distintos de los del panismo, que por convencimiento ha persistido en su negativa a humanizar las leyes en la materia. Los panistas han estado tejiendo una filigrana cuidadosa con la jerarquía católica para defender lo que sentencia el Vaticano y su obcecación, tan lejana a posturas demócrata-cristianas ilustradas, es congruente. En cambio, el PRI no lo es y con esta actitud parece que intenta recuperar su alianza con la jerarquía de la Iglesia católica, o por lo menos lograr que ésta se abstenga de apoyar al PAN. Resultado: así el PRI exhibe no sólo la inconsistencia de su discurso sobre los derechos de las mujeres sino una brutal ausencia de principios. El fin siempre justifica los medios, sobre todo en tiempo de elecciones." *

Al parecer, las fuerzas progresistas de este país están ocupadas en otros menesteres, y sólo unos pocos advierten el peligro que se cierne en contra de los avances liberales logrados en los últimos años. Tales fuerzas no son necesariamente los partidos que se asumen de izquierda (los nuevos conservadores), ni agrupaciones sociales que dicen actuar en favor de la equidad de géneros.

El silencio cómplice es lo que define mejor a esos falsos progresistas, más atentos a las ganancias del mercado electoral que a los principios ideológicos que dicen enarbolar. Se trata de un vergonzoso silencio reaccionario que no les dará, acaso, sino unos cuantos votos más en las elecciones que ya tocan a la puerta. Así son esos fariseos de la política.

(* Marta Lamas, "Lo esperado y lo inesperado". Milenio, 27 de abril de 2009)

Martín Guerrero
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