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Como parte de la campaña de cambio de imagen que está a punto de lanzar el gobierno de Jelipe Calderón, alias el “no me hables al tiro que yo sí sé gritar”, se mandaron manufacturar varios millones de máscaras “positivas” y de sonrisas colgate para toda ocasión. Serán de uso obligatorio en las oficinas de gobierno federal y de los estados panistas, además de los ceremoniosos lunes en las escuelas públicas, pero se ruega que por fa todos lo mexicanos las usen los días cívicos (aunque sean de puente) y en su noche familiar (aunque les parezca cursi).
Ah, y en adelante queda es-tric-ta-men-te prohibido a los servidores públicos federales hacer cara de pujido como la del osito Tellez cuando le mandaron decir que desocupara el changarro (rapidito y de buen modo).
Anna Coretta
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