domingo, 29 de marzo de 2009

Don Juan Notorio

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Otra de las joyitas halladas en la biblioteca Cervantes es una parodia procaz de Don Juan Tenorio. Verdaderamente es una maravilla. Transcribo aquí la famosa escena de amor entre Don Juan y Doña Ana, diálogo que en esta versión ha sido trastocada del siguiente modo:


Don Juan Notorio
Burdel en cinco actos y 2000 escándalos


[Ambrosio el de la Carabina]
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Escena II

DON JUAN, DOÑA INÉS.

DON JUAN
¡Doña Inés del alma mía!
Siéntate aquí, y un momento
olvida de tu convento
la triste cárcel sombría.

(Durante este manoseado parlamento, manosea DON JUAN a DOÑA INÉS hasta que ella se le arroja en sus brazos para que se la tire, de la manera que se manosea un virgo. Desabróchale el vestido, le saca las tetas, se las palpa, le mama los pezones; luego le toca las pantorrillas, le da su lengua, le riza y desriza los pelos del chumino, le mete el dedo, le frota el clítoris; hace que ella le menee los huevos, le empuñe el instrumento, le dé besos en el prepucio, etc., etc. Todo esto queda a cargo del actor... y sobre todo de la actriz... y sobre todo de ambos a la vez.)


¡Ah! ¿No es verdad ángel de amor
que en este lecho caliente
podremos tranquilamente
fornicar mucho mejor?
Esta sala que está llena
de esos cuadros tentadores
donde joden mil señores
ya a una rubia, ya una morena;
esta picha tan amena
que está queriendo romper
sin poderse contener
la tela de mi calzón,
¿no es cierto, tierno pichón,
que están diciendo joder?
Ese coño, cuyo aroma
me sube ya a las narices,
esas frases que no dices,
pero que tu lengua asoma
a tu boca, di paloma,
di, labios de rosicler,
esas ganas de tener
mi picha dentro de tu coño,
¿no es verdad, tierno retoño,
que están diciendo joder?
Y estas palabras que están
filtrando insensiblemente
en tu chumino ya ardiente
ante el miembro de Don Juan,
y estos cojones que van
hinchándose sin querer,
como un globo Mongolfier
que se va elevando al cielo,
¿no es cierto, dulce consuelo,
que están diciendo joder?
¿Y esas dos gotas de leche
que ves caer de repente
de mi nabo ya impaciente
porque mil polvos te eche,
no me dicen que aproveche
tal momento de placer?
¿No es verdad que sin querer
tu coño se va tras de ellas?
¿No es cierto, estrella de estrellas,
que están diciendo joder?
¡Oh!, sí, bellísima Inés,
espejo y luz de mi vida,
escucharme conmovida
cual lo haces lujuria es.
Mira aquí a tus plantas, pues,
a aquel Don Juan tan ladino
que se paró en su camino,
que rendirse no creía
adorando, vida mía,
los pelos de tu chumino.


DOÑA INÉS
Callad, por Dios, ¡oh, Don Juan!,
que no podré resistir
mucho tiempo sin sentir
que las cabras se me van.
¡Ah!, callad por compasión,
que oyéndoos, me parece
que mi clítoris me crece
y es más duro que un bastón.
¿Y qué he de hacer, ¡ay de mí!,
sino caer en vuestros brazos,
si todo el coño a pedazos
me vais robando de aquí?
Don Juan, Don Juan, ¿por qué amainas
las velas de tu pasión?
¡O arráncame el corazón
o échame catorce vainas!

(Se echa en sus brazos. Él le quita el virgo con sin igual maestría. Ella chilla, llora, pero luego suspira, se ríe y se menea cojonudamente. Le viene. Tableau. La orquesta toca el himno de Riego.)
FIN DEL ACTO IV
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[Edición digital basada en la edición de San Lúcar de Barrameda, Establecimiento Jodeográfico Elton-montano, 1874 (?). Esta edición ha sido cotejada con la que ha realizado Carlos Serrano en Carnaval en noviembre, parodias teatrales de Don Juan Tenorio, Alicante, Instituto Juan Gil-Albert, 1996, pp. 157-200.]

http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/02437064211804839622202/p0000001.htm?marca=culo#158

García+
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