Si a tu casa llega un plomero cachetón con diploma expedido por universidad gringa, y cuya referencia más reciente haya sido firmada por la SHyCP, ¡no lo contrates!
Tampoco creas en sus diagnósticos cuando te diga con docta voz: “es sólo un catarrito”. Huye y cuéntaselo a quien menos lana le debas (jamás al banco).
Recuerda este consejo, dado por un sabio tibetuano: “si tienes un dólar guardado déjalo libre; si regresa, qué chingón; pero si no, qué pendejo fuiste”.
A. Chaz Carrillo
+
No hay comentarios:
Publicar un comentario