Estuvimos en un retiro espiritual (me refiero a todos los que escriben en este blog pendejo) y mandamos decir a El Warrior que se hiciera cargo del changarro.
Apenas nos soltaron, descubrimos que el susodicho destinó las 72 horas (que nosotros sí sufrimos) a perseguir nenas mientras dilapidaba los poco que dejamos en caja chica. La crisis le hizo crisis, dijo entre balbuceos.
En la puerta estaba el siguiente cartelito:
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