jueves, 6 de noviembre de 2008

Ceremonia fúnebre


¿Bienaventurados?
En términos generales, el ceremonial fúnebre republicano efectuado hoy fue sobrio, breve, emotivo desde luego, y laico, salvo por el guiño religioso que hacia el final de su discurso introdujo el presidente Calderón. Empezó diciendo: “Sabemos que son bienaventurados…”, lo cual revela el impacto personal del suceso en un político que siempre ha sido muy cuidadoso con las formas.
Sin embargo, esas frases no son el centro del discurso. Sólo me llama la atención el hecho de que ante sucesos dolorosos emerge, evidente, el color de piel de la ideología que nos conforma. No lo censuro, sólo lo afirmo. Yo, por razones de clase, estoy más cerca de los otros, los muertos y heridos que no fueron homenajeados en el Campo Marte, simples ciudadanos.
Empero, me sorprende la insistencia oficial en presentar el caso como un mero accidente, o acaso lo sea. En fin.

García+

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