La frasecita es de Manuel Gómez Granados, a la sazón director del Instituto Mexicano de Doctrina Social (Imdosoc), quien en el marco de la LXXXVI Asamblea del Episcopado Mexicano habló en nombre de los laicos para denunciar que la iglesia católica del país tiene “mucho culto y poca evangelización”, parodiando a don Porfirio Díaz y a los “científicos” de antaño.
Además, exigió a la jerarquía de su iglesia que “confíen en los laicos”, que requieren formación urgente. Lo interesante fue su propuesta para que “cada diócesis financie o entregue becas a tres laicos y en cuatro o cinco años se podría tener un laicado fuerte”, que “salgan a la política, a los medios, al mundo de la cultura y a la globalización”.
¿Y quién formara a esos laicos? ¿Algún instituto de doctrina social? ¿Cuánto cobrará por cada curso, por cada laico bien formado? De hecho han puesto en circulación uno de sus textos básicos para el grado superior (foto del libro), que no competirá con las habilidades tradicionales de los sacerdotes. La única desventaja es que los interesados deberán pagar con euros —ya saben, la crisis.
¡Ajúa! Los laicos católicos también saben hacer negocios con la fe, no sólo el obispón Onésimo. Se van a ir al cielo con todo y tangas (¿Me oíste, Serrrano Limón?).
García+
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