Chingón el combate que se aventó ayer mi primo Abundio, mejor conocido en el mundo del pancracio como El RoManito.
Tuvo como contrincante al Cisen, un tenebroso sujeto salido de las peores cloacas, pero mi primate lo tundió gacho con una doble Nelson en un encuentro pactado a dos de tres caídas sin límite de tiempo, aunque no se apostaba máscara ni cabellera sino tanga adquirida en el Liverpool de la San Felipe de Jesús (zona de ropa usada).
La familia (¡no esa, chingados!, la mía) ya adoptó la consigna ganadora, en especial mi carnala La Chata, que no se pierde ningún encuentro a calzón quitado: "¡Lucha, lucha, lucha, / no dejes de luchar, / por un premio pesudo, / divertido y popular!"
Arriba Juárez, primo. No te vayas a pandiar.
El Warrior
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