La mágica desaparición de la supuesta propietaria de la empresa Neoskin, Guadalupe Garza Martínez y sus representantes legales alcanza proporciones de melodrama ranchero, y no es frase publicitaria.
Y es que según información periodística, Neoskin se manejaba con dos figuras: Para reportar egresos era Operadora Definité, SA de C V, y para registrar ingresos eran Administración Láser SC de RL de CV, por lo que al declarar sus ganancias tenían menos responsabilidades que cuando exhibían sus entradas, y frente a una demanda podían alegar no tener dinero aun cuando era todo lo contrario.
Son más de 300 mil personas defraudadas —trasquiladas pero no depiladas— con montos diversos; algunas habrían pagado más de 20 mil pesos por sus tratamientos. Los empleados de sus diversas sucursales y del corporativo en Monterrey han quedado burlados y desempleados, sobre todo porque las autoridades laborales no han hecho más que ingresar denuncias sin ofrecer soluciones. La Profeco levantará una denuncia ante la PGR. La PGR dirá que está muy ocupada con el narco y el avionazo. Quizá mañana atrapen a una señora con acento regio quien ante la TV declare que es culpable y pida perdón a sus víctimas.
Exigimos justicia expedita y transparente. No queremos sufrir piernas con púas, axilas melenudas, bozos amenazantes. Una fiera de hirsuto pelambre es más vengativa que King Kong reloaded o que una maestra Gordillo atacada por sus huestes, bien lo sabe cualquier marido que haya olvidado comprar rastrillos rosas y cremas exfoliantes. ¿Observan la diferencia? Saquen ya sus reservas de cera de Campeche, raza.
García+
No hay comentarios:
Publicar un comentario