La crisis afecta a la industria sin chimeneas de los hoteles de paso (¿no todos lo son?). Sin ir más lejos, los niditos de amor de la Calzada de Tlalpan, por ejemplo, han visto una caída importante en sus ingresos (en todos sentidos) y empiezan a poner letreros de ofertas varias, entre los que resaltan el lavado del auto si se contrata un precio tal de habitación, un horario más extendido, algún estímulo especial como bebida no alcohólica. Además, entre otras medidas adoptadas han dejado de enviar la ropa de cama a la lavandería optando por lavarla a mano en los mismos hoteles. El desempleo también pega en tal actividad económica.
Las putas corroboran una disminución de la clientela, por lo menos en la frecuencia mensual de las visitas. Pero, ¿sucede así con todo el negocio que gira alrededor del sexo? Por supuesto que no, solo que la competencia se ha vuelto más feroz. La gente no dejará de coger alegremente pero ahora usará otros espacios como sus propios autos en calles oscuras; esto hará que haya más extorsiones y atracos, pero impulsará espacios nuevos para los “rapiditos” semanales. Así, el comercio carnal adoptará nuevas formas.
Yo por lo pronto ya tengo en proceso una industria clandestina y un puesto en la Lagunilla que ofrecerá reciclados pero al precio de nuevos, bien empaquetados. ¿No dicen que aguantan mucho?
El Warrior
No hay comentarios:
Publicar un comentario