viernes, 28 de noviembre de 2008

¿Las izquierdas jamás serán derechas?

Ahora que se están conformando dos polos de izquierda, conviene tener a la mano ese sensible instrumento de trabajo que es el cuchillo de carnicero para abrir de tajo los cuerpos de los monstruos que se están creando; la disección cerebral vendrá después, si algo queda.

“Ya no andamos huyendo, Lola”, podría ser el título de novela protagonizada por el Profe Bejarano y Dolores Padierna, ahora que están a punto de presentar a la sociedad toda a su criaturita “movimiento por la esperanza”; esta agrupación será pieza fundamental en la estrategia de movilización continua del movimiento pejista, pero no el único instrumento ni el mejor en un esquema de lucha electoral.

Los perredistas fieles a AMLO, el PT, Convergencia y el resucitado cadáver del PRT han formado una coalición que le apuesta al declive electoral del PRD –según Luis Maldonado- y que dice luchar contra la partidocracia, aunque con miras a tener chamba segura después de los comicios del 2009. Encinas se prepara su “operación limpieza” dentro de su partido, pero le será muy difícil quitar la mugre de los chuchos y la suya propia (los pejistas) mientras se da la guerra de guerrillas en pos de las deseadas candidaturas. Los hoy perredistas buscarán dinamitar todas las posiciones del PRD para ganar su derecho de piso en determinación de candidaturas, Porfirio Muñoz Ledo el primero.

El mismo noble objetivo persigue el PRD, quien explora un acercamiento querendón con el PSD y a quienes se ha acercado el grupo que en el PT encabeza José Narro. De lograrse, los socialdemócratas volverían a tener campesinos (cerca de ellos pero no en sus filas), un grupo que conocen por el mal sabor de boca que les dejaron los de Salomón Iris y por fotografías de la revolución mexicana. El PSD es la punta de lanza en contra del pejismo, a quien exige trasparentar sus fuentes de financiamiento mientras prepara un punto de acuerdo que impulsará en el IFE para investigar el origen de esos recursos. El propósito es aprovechar el declive de la figura del Peje para tratar de eliminar a todos los candidatos posibles y ubicar a los propios como verdaderos representantes de izquierda moderna; así los Chuchos no se ensuciarán las manos salvo en la degollina futura de la izquierda rosa.

No hay ninguna mención acerca de la invitación a otros socialdemócratas nuevos: el PRI. Al parecer, los tricolores seguirán haciendo alianza con el PVEM mientras el niño verde siga haciendo alarde de su poder de compra en tierras lejanas, al fin que allí no hace daño ni a sí mismo.

Otros socialdemócratas, encabezados por Patricia Mercado, lanzan a la calle su “Movimiento Alternativa” que carece de base popular, y no es probable que crezca más allá de lo que presentó en su fiesta de presentación. No se aliará con el PRD-PSD, tampoco con los que siempre combatió, es decir AMLO y los suyos; su mejor opción sería negociar con el PRI algunas posiciones, pero por asquito no lo harán (tampoco el PRI los necesita, pero los vestiría muy bien).

En las diversas regiones del país los negociadores van y vienen con oferta de compras y venta, como en una bolsa de valores cualquiera pero a lo bestia. “¿Te quieres reposicionar, esto es lo que te va a costar”, cantan algunas de las más conocidas agrupaciones regionales. Todo se vale.

Las plataformas electorales no serán muy diferentes entre sí, acaso tendrán añadidos locales que darán la pinta de “nos preocupamos por ti y tu familia” (mientras votes por nosotros).

En las próximas semanas veremos una mayor rudeza en el tono que usan las izquierdas en contra de sí mismas, es decir en contra de sus opositores reales, mientras sus enemigos virtuales se fortalecen y afinan las acciones para los comicios de julio próximo.

Aunque en todas las agrupaciones partidistas tienen enfrentamientos y sufren divisiones; de manera peculiar los de izquierda tenemos una cierta tendencia al suicidio colectivo, cuando no al franco filicidio. Nos decimos Abel, pero siempre terminamos mostrando nuestro rostro de Caín, aunque el otro asesinado también es Caín.

En Europa también se cuecen habas, como el caso del Partido Socialista Francés cuyos militantes se hayan divididos por las elecciones para elegir a su primer secretario, de entre dos figuras: Martine Aubry, alcalde de Lille, y Ségoléne Royal, excandidata presidencial, cuyos seguidores reclaman un nuevo conteo y gritan que hubo fraude. Aubry tuvo una ventaja de apenas 0.04 por ciento sobre su rival. Las cosas están así de pesadas que ya se habla de fractura en el partido, pero lo cierto es que ambos grupos han incurrido antes y ahora en prácticas irregulares, por decir lo menos.



Ejemplos sobran, pero a fuerza de ejemplaridades vislumbro en cada una de las diversas fuerzas de la izquierda mexicana un espíritu danielorteguiano (del actual FSLN nicaragüense) que me lleva a añorar los momentos en que el PRI era el principal blanco de nuestras críticas: un gobierno de izquierda iba a ser todo lo contrario de lo que eran ellos. No será así, lo sé. Cuando llegan al poder, muchas de las izquierdas ya no son derechas, son simplemente siniestras.




Martín Guerrero







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