Por aquello de que no sean ratificados y les saquen trapitos al sol y esqueletos del ropero, se declaran dispuestos a acatar el dictamen de “si no pueden, renuncien” y retirarse a la vida privada, para desde la IP o la sociedad civil hacer leña del árbol que han de tirar un día, como lo hacen Gertz Manero y otros angelitos de la seguridad pública.
Por lo pronto, estos dos personajes están bien pegaditos al teléfono para atender las “denuncias ciudadanas” (de las bandas rivales) que es la única estrategia que les ha dado resultado.
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