El Micifuz, uno de los gatos del Chapo Guzmán y responsable del trasiego de droga por los callejones más oscuros, se pasea impune frente a un grupo de perros policías bien entrenados, quienes ni lo ven ni lo oyen y mucho menos lo huelen. “Nomás están de paso”, “Aquí sólo hay ratas”, han dicho, respectivamente, los comandantes más perrones federal y local, Rin Tin Tin y Canuto.
Ante la suerte corrida por Piolín, el pajarito que cantó aquello de “Me parece que he visto un lindo gatito”, todos callan. Yo también.
Martín Guerrero
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