Verdaderamente desconcertados porque la Big Mac se les convirtió de la noche a la mañana en una mini burguer (¡y sin cajita feliz!), los encargados de la bodega nacional abrieron el monedero de las reservas y presentaron un fabuloso plan de cinco puntos cinco son.
Lástima que el Peje se les adelantó, y tal vez por eso no incluyeron en ese prontuario lo obvio: disminuir gasto corriente reduciendo a la mitad o menos el sueldazo de altos servidores públicos; eliminar sobresueldos, bonos, estímulos, compensaciones y recompensas; quitar banquetes y bocadillos, tiempo aire de celulares, viajes sin utilidad, publicaciones onerosas para regalar a cuates o quedarse en almacén, servicio médico y seguro en clínicas de lujo, peluquería y gym; erradicar prácticas como el obligar a los empleados (asesores, etc.) a dar periódicamente parte de su sueldo, incluso hasta el 50% (¿Eso ocurre? ¡No me digas!). En fin, se vale soñar.
De acuerdo a las notas periodísticas, “con este programa, la economía mexicana será más fuerte, crecerá más rápido y generará más empleos, aseguró el Ejecutivo federal”. Si eso es así, si ese plan anticrisis es el efectivo para aliviar todos los males, ¿por qué carajos se esperaron hasta que nos bajaron los calzones para ponerlo en marcha? Porque bien visto, los efectos de ese plan de emergencia no se van a ver el año próximo sino hasta más adelante. De plano no se vale.
Sólo por eso, al ritmo del rap del espurio, bailo y canto el estribillo que dice: “¡Ojo por ojo, diente por diente, chingue a su madre señor Presidente!”
Lástima que el Peje se les adelantó, y tal vez por eso no incluyeron en ese prontuario lo obvio: disminuir gasto corriente reduciendo a la mitad o menos el sueldazo de altos servidores públicos; eliminar sobresueldos, bonos, estímulos, compensaciones y recompensas; quitar banquetes y bocadillos, tiempo aire de celulares, viajes sin utilidad, publicaciones onerosas para regalar a cuates o quedarse en almacén, servicio médico y seguro en clínicas de lujo, peluquería y gym; erradicar prácticas como el obligar a los empleados (asesores, etc.) a dar periódicamente parte de su sueldo, incluso hasta el 50% (¿Eso ocurre? ¡No me digas!). En fin, se vale soñar.
De acuerdo a las notas periodísticas, “con este programa, la economía mexicana será más fuerte, crecerá más rápido y generará más empleos, aseguró el Ejecutivo federal”. Si eso es así, si ese plan anticrisis es el efectivo para aliviar todos los males, ¿por qué carajos se esperaron hasta que nos bajaron los calzones para ponerlo en marcha? Porque bien visto, los efectos de ese plan de emergencia no se van a ver el año próximo sino hasta más adelante. De plano no se vale.
Sólo por eso, al ritmo del rap del espurio, bailo y canto el estribillo que dice: “¡Ojo por ojo, diente por diente, chingue a su madre señor Presidente!”
Martín Guerrero
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