miércoles, 29 de octubre de 2008

Ese pueblo sí se vió


Marcelo Ebrard ha de ser devoto de San Judas Tadeo, el patrón de las causas difíciles. De otro modo no se explica el apoyo y la protección a las misas que cada día 28 se realizan en el Templo de San Hipólito, en el cruce de Reforma e Hidalgo. El jodido operativo policiaco de ayer cerró la circulación de Reforma desde Tlateloco, y otras calles más, lo que generó un desmadre vial en todo el centro que ni Dios Padre pudo solucionar. De todas partes de la ciudad se dejó caer la banda con sus morritos disfrazados de sanjuditas y con sus imágenes de bulto chirris o de tamaño natural; la perrada incluía a un buen número de chacalones que ese día descansaron de sus afanes en honor al santo, aunque –la costumbre es canija- se ve que le robaron horas al sueño. La pachanga juntó a mucha más raza que la convocada ese día por el Peje para marchar a la Cámara de Diputones. A lo mejor al de Macuspana le conviene encabezar las manifestaciones con una imagen del patrono de los jodidos y jodones (ah no, ya me acordé que es protestante el protestante).

El mamila del Coria dice que todo lo veía con lentes antropológicos, pero a mí me late que esa muestra del pueblo organizado que pocos pirrurris conocen es una pálida sombra de la verdadera rebelión de los léperos que a toda la clase media le aterroriza imaginar (y si no, que renuncien).

El pinche micro se quedó atorado como tacos de diez por cinco sin chesco, por lo que quise llamar al Carnal Marcelo para que me prestara su helocoitero celestial pero me acorde que es de uso exclusivo de Mariana. ¿Cómo era la rola?: “Era de nogal, era de nogal el pinche santo…”

(La foto es de David Rodríguez Ortega)



El Warrior

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