Luego de ser exhibido todo su árbol genealógico hasta la identificación plena de sus padres fundadores Dimas y Gestas (¿qué chingaderas son estas?), los integrantes del selecto club Somos los dueños del país han decidido darle su escarmiento al doctor Catarrito Carstens por andar de mamary-boquitas y creerse el miguelarcángel de este paraíso nacional.
Carstens está vetado hasta para chambear como asesor. Ni Calderón podrá salvarlo, se rumora. Así que el futuro cercano del secretario de Hacienda está en el mercado libre de las calles ofreciendo al mejor postor frutas y verduras, recordando tiempos felices mientras reflexiona cuándo la cagó (financieramente hablando). ¿Pues qué no vio la película 300 (sí, las trescientas familias más ricas y decentes de este changarro)?
Lo que yo no me explico es cómo hace para meterse dentro de su mini. ¿Y tú, vas al super o con Carstens?
Martín Guerrero
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