Megaescándalo del CCE por las multas dadas a los partidos por pecadillos cometidos antes. Pagan justos por pecadores, se dice. Lloren como políticos lo que no supieron defender como empresarios. Sigan desgarrándose los calzones en nombre de la libertad de empresa, digo, de expresión.
No amo a mi patria. Su fulgor abstracto es inasible. Pero (aunque suene mal) daría la vida por diez lugares suyos, cierta gente, puertos, bosques de pinos, fortalezas, una ciudad desecha, gris, monstruosa, varias figuras de su historia, montañas —y tres o cuatro ríos.
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