domingo, 19 de octubre de 2008

¿Está en peligro el CONAPRED?


El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) es una institución joven pero con mucho trabajo a cuestas. Indudablemente, su acción y producción intelectual son ya un referente en el combate de sectores ciudadanos para que la discriminación deje de existir en nuestra sociedad, más allá del discurso político y las arengas a favor de la igualdad.
Desde 2002, año de su creación, a la fecha, el Consejo ha cumplido ciertas metas pero dista mucho de lograr el cumplimiento de objetivos primordiales. Su tarea es de largo plazo y su evaluación más difícil porque sus resultados (sus “productos”) no se miden con el mismo rasero que las obras realizadas o el número de personas atendidas: se refieren a cambios en el comportamiento social, en los imaginarios y concepciones de los grupos sociales acerca de los otros, en los modos en que se entreteje el tejido social y se acoge a los diferentes o no-iguales en ese mismo tejido, enriqueciéndolo de paso.
Me intriga, por ello, el artículo de Miguel Carbonell aparecido el pasado 18 de octubre en El Universal. Luego de hacer un reconocimiento de las acciones del Consejo en el contexto de las instituciones defensoras de los derechos humanos, dice: “Ya no puede haber marcha atrás en esta lucha. México requiere un órgano como el Conapred; la sociedad lo necesita, la dimensión que ha cobrado la exclusión social en el país lo exige”. Y para mejorar esas acciones y contar con una identidad única, ha propuesto reformar la ley que lo rige (Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación) “para reforzar los puntos buenos y paliar los aspectos deficitarios”.
El hecho de que no haya sido nombrado un nuevo titular en estos momentos en que se requiere defender el presupuesto de la institución debe tener nervioso a más de uno dentro y fuera del Consejo. (¿Quiénes se han apuntado?). Y es que Gilberto no era sólo el encargado de ejecutar las políticas públicas en este aspecto, era también un símbolo de lucha permanente en contra de los poderes que aplastan al hombre, un símbolo además de victorias y construcciones desde el lado democrático, y no un símbolo de derrota o martirologio.
¿Está en peligro el Conapred? Yo no lo sé. No creo, como dice Carbonell, que el Consejo sea “el mejor fruto de su larga lucha a favor de una democracia incluyente”, puesto que ha Gilberto Rincón Gallardo ha sido un árbol muy fructífero y generoso; y sin duda será difícil seleccionar al candidato que reemplace sus haberes en ese ámbito, ya no se diga en los demás en los que participó, en los que de alguna manera sigue participando.
Habrá que estar atento, desde el lado de la sociedad civil, para atajar cualquier intervención que pretenda menoscabar los activos obtenidos por el Conapred a través de muchos años de lucha ciudadana, de la lucha de muchos, como bien lo valoraba Gilberto.

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